Estos días comienza la recolección de la pipa de girasol en la provincia de León, un cultivo que ocupa este año 18.800 hectáreas, la mitad en tierras de secano y la otra mitad en tierras de regadío. Esta recolección será muy escalonada, comenzando ahora por las fincas que se sembraron los primeros días de abril, y finalizando ya entrado en el mes de noviembre con las fincas de siembras más tardías, y dependiendo en todo caso de la climatología de las próximas semanas, ya que puede haber episodios de lluvias que retrasen esta labor. Muchas de estas fincas se van a cosechar un mes más tarde de lo habitual al ser un compromiso asumido por el agricultor para cumplir con el eco régimen de “espacios de biodiversidad” en el expediente de la PAC.
Las 9.500 hectáreas cultivadas en secano han podido sortear los problemas de sequía que han afectado a otros cultivos, y la expectativa de producción está en un abanico entre 800 y 1.100 kilos por hectárea, unos rendimientos que son razonablemente buenos para las condiciones agronómicas de las tierras de la provincia.
En las 9.300 hectáreas cultivadas en regadío el desarrollo agronómico ha sido óptimo, y es razonable pensar en rendimientos entre 3.500 y 4.000 kilos por hectárea. El girasol en regadío no es un cultivo atractivo para los agricultores leoneses ya que, aun contando con rendimientos buenos, no compite con otros como el maíz, y los ingresos no permiten afrontar los elevados costes de amortización de las obras de regadío. Muchas de las siembras de girasol en regadío no responden a los deseos del agricultor, sino a la necesidad de cumplir con ciertos requisitos de la PAC como el de rotar las parcelas, diversificar cultivos, o introducir los denominados “cultivos mejorantes”.
Como ocurre también con los cereales, este inicio de campaña de recolección de la pipa de girasol viene marcado por unos bajos precios, que nada tienen que ver con las cotizaciones de 650 euros por tonelada del pasado año por estas fechas. Pendientes de que la Lonja de León recoja cotizaciones en las próximas semanas, en la actualidad las lonjas de las zonas de recolección más temprana reflejan precios de 460 euros la tonelada.
El principal destino del girasol cultivado en León es la obtención de aceite para el consumo humano. En las fábricas que lo procesan, una vez extraído el aceite, se obtiene una pasta que es un alimento alto en proteína que se incorpora en los formulados de piensos compuestos para todo tipo de animales de abasto. Una minoría de agricultores que siembran en regadío tienen contratos para producir pipa con destino al consumo humano, utilizando variedades de semilla de mayor tamaño.
En los mercados no hay un efecto contagio por el elevado precio del aceite de oliva. Las extractoras españolas se surten sin dificultad de materia prima procedente del resto de la Unión Europea y de otras partes del mundo, particularmente de Ucrania, dejando en desventaja a unos agricultores españoles que tienen mayores costes y unos rendimientos mucho más bajos.
ASAJA. León, 30 de agosto de 2023.