La Unión Europea y Japón han llegado a un acuerdo de libre comercio que se plasmará en la firma definitiva, si todo va como lo esperado, a finales de año.
Comercio con Japón
La Unión Europea y Japón han llegado a un acuerdo de libre comercio que se plasmará en la firma definitiva, si todo va como lo esperado, a finales de año. Claro que eso de la firma se puede convertir en agua de borrajas si después en los países miembros los parlamentos no lo ratifican, como a punto ha estado de ocurrir en España respecto a la firma del tratado con Canadá. Es cierto que estos tratados de libre comercio tienen un componente ideológico importante, que pesa más que el contenido en si del mismo, por lo tanto, no es de extrañar que quienes se oponen visceralmente a los acuerdos con Canadá y Estados Unidos, enmudezcan cundo se cambia de continente. Sinceramente creo que han acabado los tiempos de levantar fronteras para impedir el tránsito de mercancías, y lo que hay que exigir es que las normas de fabricación y comercialización, tanto desde el punto de vista económico como social, sean idénticas en todos los territorios. Hay que competir en un mundo globalizado, pero lo hay que hacer en igualdad de condiciones, con normas homologables y salarios equiparables, algo que hoy no ocurre, no precisamente con Japón o Canadá, sino con otros países emergentes o con monstruos económicos como China, India o Brasil. Europa está muy satisfecha con este principio de acuerdo con Japón, al que le ve indudables ventajas para la exportación agroalimentaria, y todo ello a pesar de que el país nipón considera a ciertos productos agroalimentarios como muy sensibles y ha introducido periodos de adaptación de hasta quince años. La exportación de leche y sus derivados es uno de los productos en los que Europa tienen la vista puesta, del que sin duda España se beneficiará poco por el escaso empuje de nuestra industria, pero hay otro sector, que es el porcino, también con grandes expectativas, en el que España va por delante y por lo tanto será nuestro mercado al que llegaremos con la experiencia que ya tenemos en estas transacciones con su vecino país de China. Malo será que también lo vete Pedro Sánchez.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 7 de julio de 2017