La subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, se ha ido de turismo ornitológico a Santa Cristina de Valmadrigal para avistar avutardas.
Avistar avutardas
La subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, se ha ido de turismo ornitológico a Santa Cristina de Valmadrigal para avistar avutardas. Si la visita fue una iniciativa del alcalde, y con la disculpa de las avutardas consiguió llevar al pueblo a la representante del Gobierno central y contarle todos los problemas de los pequeños municipios rurales, y de camino también los de la agricultura, tengo que decir que consiguió un buen golpe de efecto. También, todo hay que decirlo, la Subdelegada se presa a recibir a la gente y a aceptar invitaciones de este tipo, algo que se agradece a un cargo público, y se agradece porque por desgracia esta disposición suele ser la excepción. Santa Cristina de Valmadrigal es claro ejemplo de pueblos que se quedan sin gente -y la poca que hay muy envejecida-, donde ya no se recuerda cuándo cerró la escuela, donde pasa consulta el médico y practicante de forma esporádica, y que conservan los bares en la vecina Matallana porque es un cruce de camino y le atraviesa una carretera importante. Pocos negocios al margen de una agricultura y una ganadería que vive una transformación por los nuevos regadíos de Payuelos cuyas inversiones no terminan de ejecutarse. Estos regadíos cambiarán para mejor el paisaje y la economía de la zona, y es probable que surjan en la comarca empresas de servicios como las hay en Santa María del Páramo. Y las avutardas, esas aves esteparias asociadas a las llanuras de Tierras de Campos, ya se han adaptado a vivir en las alfalfas de regadío debajo de los modernos pivot, donde comen en abundancia sin que nadie las moleste. El respeto de los agricultores a estas aves, que por cierto causan importantes daños en nuestros sembrados, es digno de estudio y consideración, y como pudo comprobar la Subdelegada, levantan el vuelo cuando se acercan personas o coches, pero permanecen a los suyo cuando el que se aproxima es un tractor. No le tienen miedo a los agricultores, saben que son los que les dan de comer, algo que no entienden otros seres presuntamente más racionales: los ecologistas.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 18 de marzo de 2016.