El sector agroganadero en la provincia de León en el año 2021
La climatología permitió una cosecha razonable en el año 2021 en la mayoría de las producciones agrícolas de la provincia, incluidos los pastos y los forrajes. Aunque la agricultura de regadío tiene producciones por lo general bastante estables, salvo cuando hay restricciones de riegos, en esta ocasión en cultivos cuantitativamente tan importantes como el maíz hubo también un alza considerable en los rendimientos, lo que sumado a una mayor superficie de siembra, elevó la producción por encima de la cifra simbólica del millón de toneladas de grano. Destacamos también un incremento de producciones como la de la uva, y sobre todo la de la fruta (pera y manzana), aproximándose a medias de años en los que no hay adversidades climáticas.
En las producciones ganaderas lo más relevante ha sido un incremento de los costes de producción, sobre todo por el alza del precio de los piensos, que no se ha podido repercutir en la venta de la carne y de la leche. Los subsectores más perjudicados por esta situación han sido sin duda el vacuno de leche y el vacuno de carne (animales de cebo con destino a sacrificio). En apicultura, la producción de miel mejoró de forma muy considerable respecto a años anteriores.
Si bien en el informe sobre el año 2020 resaltábamos que el sector agropecuario se había visto beneficiado por la contención de costes en inputs tan importantes como la energía o los fertilizantes, en esta ocasión, al referirnos al año 2021, tenemos que reflejar justo lo contrario. Los costes de muchos de los inputs de la agricultura y la ganadería se han incrementado en el año 2021 en porcentajes que en algunos casos han sobrepasado el 100 por 100, como por ejemplo los fertilizantes. La parte positiva es que algunos sectores no han incurrido en estos mayores gastos ya que la subida se ha producido en la segunda mitad del año, pero sí se está incurriendo de cara a la nueva campaña que en el caso de los cereales de invierno y ciertas oleaginosas comenzó en el cuarto trimestre de 2021. De esta forma, el incremento de medios de producción como el gasóleo, la electricidad, los fertilizantes, o los piensos, están incrementando el riesgo de unos agricultores que, habiendo hecho ya un gran desembolso de dinero, no saben cuánto van a recoger en la próxima campaña ni a qué precio van a poder vender.
Pero además del incremento en los medios de producción, el sector afronta un incremento desmedido y hasta desabastecimiento en la compra de bienes de equipo, en la compra de sistema de riego, maquinaria, tractores, instalación de naves, que elevan la factura de la agricultura por la vía de las amortizaciones.
Tampoco sería justo valorar el año agrícola 2021 sin tener en cuenta los precios excepcionales que se han pagado en el sector de los cereales de invierno y el maíz, así como en las oleaginosas. Esto ha supuesto un revulsivo en la renta agraria habida cuenta del peso que estas producciones tienen en la producción final agraria, sobre todo el del maíz. Ningún dato apunta a día de hoy a que estos precios se mantengan, ni tampoco lo contrario, lo que quiere decir que de nuevo el sector asumirá el riesgo de un mercado globalizado que se mueve bajo parámetros que no controla el productor.
ASAJA valora como algo positivo que siga la tendencia de incremento del número de jóvenes que se incorporar al sector, a razón de unos 150 al año y creciendo, pero no puede por menos que dejar de manifiesto la preocupación sobre la viabilidad de las explotaciones que surgen nuevas. Estas incorporaciones no se corresponden con una sustitución lógica de otras que debería de cesar por edad, ya que la mayoría de los jubilados compatibilizan pensión de jubilación con ingresos agrarios, por lo tanto no se está produciendo el debido redimensionamiento de las explotaciones.