Ojeo el libro sobre variedades locales de alubias, del que son autores, entre otros, Bonifacio Reinoso y Juan Antonio Boto. Citan como variedades más importantes, cultivadas en la provincia de León, la arrocina, canelline, granjilla, planchada, plancheta, redonda, riñón, amarilla, canela, morada, palmeña, pinta (pinta de León), pinta larga y la conocida como “de la virgen”. Pues bien, de las más de cinco mil hectáreas que se han cultivado este año en la provincia de León, es más que probable que todas estas variedades no lleguen a sumar el veinte por ciento de la superficie, y lo que es peor, la tendencia es a menos año tras año. Las razones por las que se dejan de cultivar variedades autóctonas son, sobre todo, por pérdida de rentabilidad, por la competencia que hacen otras variedades más demandadas por la industria agroalimentaria, y en no pocas ocasiones porque presentan problemas agronómicos. Estas variedades autóctonas, que no son negocio para los semillistas, no han experimentado mejora genética alguna, por lo que terminarán aparcadas en un banco de germoplasma, mientras que se irán introduciendo otras, cultivadas y multiplicadas en otras partes del mundo, que sean más productivas, más resistentes a plagas y enfermedades, más fáciles de mecanizar, más homogéneas, de mejores características para afrontar el proceso industrial, y más aceptadas en un mercado globalizado en el que hay que mirar también para la exportación. Por unas o por otras razones, nuestros agricultores han destinado al menos el ochenta por ciento de su superficie de cultivo de alubias a variedades foráneas, y más en concreto de origen americano, sobre todo de Estados Unidos o Canadá. El buque insignia, la variedad que predomina en nuestros campos, es la pinta (pinta americana), seguramente la que menos problemas presenta en su cultivo, la que más fácil se comercializa, y la que tienen una rentabilidad mayor. Porque cuando alguien siembra diez o veinte hectáreas de alubias, quiere asegurar cosecha con los menores gastos y complicaciones posibles, y quiere tener un comprador a un precio cierto.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 23 de agosto de 2024.