A FALTA DE INGRESOS, CUANTOS MENOS GASTOS MEJOR

A falta de unos datos más fiables de la cosecha y pendientes sobre todo del trigo, la producción de cereal en secano no va a ser tan desastrosa como se pensó en determinado momento, pero será sin duda mediocre, y defrauda las excelentes expectativas que se presentaban allá por San Isidro.

A FALTA DE INGRESOS, CUANTOS MENOS GASTOS MEJOR

A falta de unos datos más fiables de la cosecha y pendientes sobre todo del trigo, la producción de cereal en secano no va a ser tan desastrosa como se pensó en determinado momento, pero será sin duda mediocre, y defrauda las excelentes expectativas que se presentaban allá por San Isidro. Y los agricultores de regadío, acostumbrados a rendimientos casi espectaculares, se encontrarán con una merma de no menos del 15 por ciento sobre un año normal.

Pero el dato más relevante de nuestra producción de cereales viene de la reducción de superficie de cultivo que por unos u otros motivos se ha producido en la actual campaña 2005-06. Se han cultivado en 2006, entre secano y regadío, 90.000 hectáreas de cereal de invierno, lo que representa el 25 por ciento menos que en el 2005, y el 10 por ciento menos que en 2004. Como dicha superficie no se ha ido al maíz, que también ha caído en las siembras de forma espectacular – un 15 por ciento menos que en 2005 y un 21 por ciento menos que en 2004 – , ni se ha ido a otros cultivos, sencillamente se ha quedado sin cultivar, o lo que quizás técnicamente sea más correcto, se ha quedado de barbecho.

Es cierto que hay un motivo coyuntural en las zonas de concentración parcelaria de Payuelos y Margen Izquierda del Porma donde los agricultores no dispusieron de la propiedad a tiempo para hacer las labores de preparación del terreno y posterior siembra. Es cierto que la nueva PAC desincentiva el cultivo en determinado tipo de agricultores y sobre todo en las fincas menos productivas. Pero siendo todo esto cierto, cada vez tiene mayor peso a la hora de sembrar la relación entre los coste de producción y el valor de la cosecha.

Nos hemos quejado reiteradamente y cargados de razón, aunque nadie nos la haya dado, de los elevados coste de medios de producción como el gasóleo y los fertilizantes. Estamos viendo como año tras año los cereales, a la hora de ir al mercado, están estancados en esas 18-19 pesetas el kilo a las que ya se pagaban hace décadas. Y estamos viendo como las producciones por hectárea ya no crecen, quizás por el freno que se le ha puesto a la tecnología transgénica . Con todo esto, es normal que el agricultor antes de sembrar eche las cuentas, y ante la probabilidad de perder más de lo que pueda ganar, decida dejar el tractor encerrado en la nave. Así no se aseguran ingresos, pero se aseguran menos gastos, que a veces no es poco.

León a 6 de julio de 2003

José Antonio Turrado Fernández

Secretario General ASAJA Castilla y León