Nunca he entendido el afán del Partido Popular por reclutar cofrades para sus listas electorales. Esto ya lo inició el difunto Morano, y después su sucesor Amilivia, incluso en tiempos en los que todo lo relacionado con la Semana Santa tenía un menor peso mediático y no se prodigaban tanto las noticias sobre la vida interna de estas entidades a caballo entre lo social, lo religioso, lo cultural y las tradiciones. Deben de pensar los del PP que los miembros más relevantes de las cofradías tienen predicamento entre los votantes y que por lo tanto es un acierto colocarlos en las listas electorales, a poder ser encabezándolas. Y yo no termino de ver la relación entre el mundo de la política y el de las cofradías de Semana Santa, como tampoco lo veo con las cofradías gastronómicas, que alguna en la provincia también tenemos. No creo que los cofrades sean, por su condición de cofrades, ciudadanos ejemplares, ni que la pertenencia a una cofradía represente un servicio a la sociedad, una entrega a los demás. Pienso que los cofrades, y en particular los que ocupan cargos, lo hacen porque le gusta, y bien me parece, y no tengo duda que hay un grupo numeroso que lo hace porque son unos figurones. Cuando el PP presenta el currículum de sus candidatos electorales y resalta su condición de cofrades le dedica más espacio a esa condición que a su vida personal y profesional, que entiendo yo es lo relevante. Si de conocer al candidato se trata, yo como votante preferiría que resaltasen eso de que es un buen padre o madre, buen compañero/esposo o compañera/esposa, buen empresario, buen obrero o funcionario, buen ejecutivo de empresa, comprometido con los movimientos sociales y vecinales de su pueblo, comprometido con causas solidarias, incluso un buen creyente. Si además se presenta como un gran trabajador, inteligente, capaz, íntegro, honrado y un tanto desinteresado y desprendido, pienso que ese es mi candidato o candidata. No necesariamente tienen que ser jóvenes, pero me parece un valor. Pero en el PP se empeñan en destacar que son cofrades, y dicho así me pongo a la defensiva.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 8 de febrero de 2019.