SE NECESITA UNA BUENA ESTADÍSTICA AGRARIA

 

La Secretaría General de la consejería de Agricultura baraja un borrador de documento que pretende modificar la composición de la Comisión Provincial de Estadística Agraria para dar una mayor participación a los agentes económicos y sociales interesados en la materia. Ya era hora de que alguien en Agricultura se diese cuenta que la realidad del sector no necesariamente es coincidente con lo que opinan los funcionarios y que hay otras voces autorizadas a las que se debe escuchar y tener en cuenta. Lo que ocurría hasta ahora, donde la citada comisión estaba integrada únicamente por funcionarios de los distintos departamentos y como mucho se permitía asistir como invitado a una representación de la Cámara Agraria, era más propio de otros tiempos en los que mandaban en exceso ciertos cuerpos  de la escala funcionarial que se creían por encima del bien y del mal.

 

La estadística, como una ciencia que aproxima a la realidad, es fundamental en el sector agrario como herramienta necesaria para tomar decisiones políticas y hasta empresariales. Se dice que la mala negociación de la integración de España en la entonces Comunidad Económica Europea, en materia agraria, se debió a que el Gobierno no tenía una estadística fiable y que por tanto desconocía datos que eran relevantes en la negociación. Es verdad que ahora todos estamos más fichados que antes, pues existe un registro de beneficiarios de ayudas, se controla el movimiento de todos los animales de una explotación, se cruzan datos Hacienda y la Seguridad Social, y es difícil ocultar algo al Estado si el éste quiere conocerlo. Pero aún así, y aunque nada más sea porque la Unión Europea exige datos estadísticos que deben de empezar a elaborarse en los ámbitos provinciales, es importante que la nueva Comisión Provincial de Estadística funcione correctamente y recopile información que sea fiel reflejo de la realidad agroganadera de la provincia. Unos datos que debe de conocer el sector con la inmediatez que hoy día permiten las nuevas tecnologías para, en función de ellos, tomar decisiones empresariales en las siembras o la venta de las cosechas.

 

Artículo de opinión de  José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 1 de marzo de 2013.