Cuando en fechas recientes se conoció la abultada cifra de la ayuda que la Junta de Castilla y León ha venido dando a la compañía Ryanair para mantener el servicio de vuelos internacionales desde el aeropuerto de Villanubla, lo que realmente me ha escandalizado, más si cabe que el importe y el hecho de haber excluido a otros aeropuertos, ha sido saber que la subvención se ha dado a escondidas.
SUBVENCIONES A ESCONDIDAS
Cuando en fechas recientes se conoció la abultada cifra de la ayuda que la Junta de Castilla y León ha venido dando a la compañía Ryanair para mantener el servicio de vuelos internacionales desde el aeropuerto de Villanubla, lo que realmente me ha escandalizado, más si cabe que el importe y el hecho de haber excluido a otros aeropuertos, ha sido saber que la subvención se ha dado a escondidas. No daba crédito cuando leí las críticas del Partido Popular de Castilla y León al grupo parlamentario regional del PSOE, por haber informado a los medios de comunicación de la subvención que se había concedido a la compañía aérea. No pensaba yo que en la Junta hubiera subvenciones dadas de tapadilla, sin publicidad y concurso público, subvenciones que se quieren mantener en secreto y hacer eso compatible con pertenecer a una democracia participativa. Pensaba yo, ingenuo de mí, que las cuentas de la Junta pasaban por varios controles internos, que los interventores no se casaban con nadie, que además las vigilaba el Tribunal de Cuentas y que las fiscalizaban los grupos parlamentarios. Pensaba yo que no había duda alguna de la transparencia de nuestro Gobierno regional, de su ortodoxia en la gestión, y que podíamos dormir tranquilos sabiendo que lo que hay es lo que sabemos y que no hay otras cosas. Pero ahora tengo todas las dudas, pues si alguien da subvenciones y las tapa para que no se sepa, puede ser porque las esté dando de forma ilegal o porque sean moralmente reprochables, o por ambas cosas a la vez. Me da a mí que en la Junta no tienen la conciencia tranquila con estas ayudas que han dado a Ryanair y temen que les citen ante los juzgados o que se revuelvan grupos de ciudadanos que se puedan considerar agraviados.
Supongo que los primeros sorprendidos, y que si no fuera por la férrea disciplina que imponen los partidos políticos estarían pidiendo dimisiones, serán los procuradores en Cortes por las circunscripciones de Burgos, Salamanca o León. Vaya cara que se le tiene que haber quedado a estos cargos electos al saber que su partido político y el Gobierno que sustenta, le ha ocultado que se estaban dando varios millones de euros a una multinacional del transporte aéreo para potenciar la actividad económica en uno de los cuatro aeropuertos de Castilla y León olvidándose del resto. Si no les ha hervido la sangre, es porque no la tienen.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 8 de marzo de 2013.