Cuando se cruza el Manzanal y se entra en la comarca del Bierzo, las fincas que no se cultivan, que están baldías, se dice de ellas que están “a poulo”.
A POULO
Cuando se cruza el Manzanal y se entra en la comarca del Bierzo, las fincas que no se cultivan, que están baldías, se dice de ellas que están “a poulo”. Estos días que hemos andado en campaña electoral por la representación en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, lo más repetido, lo que más parecía preocupar a todo el mundo, eran las viñas que cada año quedaban a poulo. Cientos de hectáreas que se dejan de cultivar y en pocos años esas cepas centenarias dejan de existir convirtiéndose la finca en algo improductivo, apoderada por las malas hierbas, las zarzas, las escobas y los arbustos. Si en estos momentos todo el vino que se produce en España tiene mercado, incluso el vino malo, y por tanto no hay excedentes, y a la vez hay tanta gente en el paro, siendo la comarca del Bierzo una de las más castigadas, es difícil de entender que se deje de cultivar la viña.
La viña no se deja de cultivar porque hoy sea un trabajo penoso, ni porque los propietarios pidan rentas altas – muchos se conforman con que alguien se la cuide -, ni porque no haya gente que sepa podar, dar tratamientos y vendimiar. No se cultivan porque en el Bierzo, a diferencia de otras zonas productoras de España, no son rentables, y esa falta de rentabilidad viene marcada sobre todo por el bajo precio al que se paga la uva. Y siendo esto así, si queremos dar la vuelta a la situación, si queremos un “basta ya de viñas a poulo”, hay que pagar la uva a un precio digno, dando el viticultor a cambio una materia prima de calidad de la que se puedan sacar buenos caldos que se vendan bien en el mercado. Una receta sencilla y complicada a la vez, que requiere de mentes abiertas que se marquen objetivos pensando en los legítimos intereses personales, pero también en los colectivos. Creo que hay una nueva generación de bodegueros que pueden estar pensando así, y si son capaces de llevar la idea al Consejo Regulador, y además la administración competente lo comparte, se estarán poniendo los cimientos de un sector que debe de crear riqueza y empleo en la comarca.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 8 de febrero de 2014