El presente documento recoge el manifiesto aprobado en la Convención de Jóvenes de la organización agraria ASAJA de León, celebrada el viernes día 20 de octubre en la Finca Valdemora (La Bañeza). En el acto participaron 180 agricultores y ganaderos de la provincia de León socios de ASAJA, principal organización agraria de la provincia.
MANIFIESTO DE LOS JÓVENES AGRICULTORES LEONESES
“DECLARACIÓN DE LA BAÑEZA”
El presente documento recoge el manifiesto aprobado en la Convención de Jóvenes de la organización agraria ASAJA de León, celebrada el viernes día 20 de octubre en la Finca Valdemora (La Bañeza). En el acto participaron 180 agricultores y ganaderos de la provincia de León socios de ASAJA, principal organización agraria de la provincia.
1.Los jóvenes nos comprometemos a ser protagonistas del desarrollo de la agricultura y la ganadería en la provincia, mejorando en competitividad, ofreciendo alimentos de calidad y seguros, y contribuyendo a la generación de riqueza y empleo en la provincia.
2.Los jóvenes nos comprometemos a apostar por una agricultura innovadora y a la vez respetuosa con el entorno donde se desarrolla.
3.Los jóvenes estamos preocupados por el futuro de nuestros pueblos, con problemas como el envejecimiento y la despoblación, y nos comprometemos a ser protagonistas de políticas que trabajen a favor de revertir esta situación.
4.Los jóvenes nos comprometemos a interesarnos e involucrarnos en la gobernabilidad de las asociaciones, empresas e instituciones con las que estamos relacionados. Una participación más activa en las cooperativas, organizaciones agrarias, comunidades de regantes, juntas agropecuarias, juntas vecinales y ayuntamientos, entre otras, será positiva para el mejor funcionamiento de las mismas y para la defensa de nuestros intereses.
5.Los jóvenes exigimos cambios normativos que permitan el relevo generacional, particularmente facilitando el acceso a la tierra de cultivo y los pastos, para lo cual se requiere de la sensibilidad de las entidades locales propietarias de terrenos comunales, y del cese real de actividad por parte de los agricultores que lleguen a la edad de jubilación. Los jóvenes pedimos que se reintroduzca de nuevo el programa de cese anticipado en la actividad agraria financiado con fondos europeos.
6.Los jóvenes exigimos facilidades para cultivar fincas más grandes, que se puedan mecanizar mejor y en las que se ahorre tiempo y costes. Para ello exigimos un impulso decidido a las concentraciones y reconcentraciones parcelarias, tanto en tierras de cultivo como en tierras de pastos.
7.Los jóvenes apostamos por una agricultura productiva basada mayoritariamente en el regadío. Exigimos el desarrollo de los nuevos regadíos proyectados en la provincia y la modernización de todos los regadíos existentes.
8.Los jóvenes queremos que la mayoría de nuestros ingresos provengan de la venta de los productos. Exigimos unas relaciones de igual a igual con la industria agroalimentaria que nos compra, y acuerdos y contratos que den transparencia y estabilidad al mercado. Los productos agroganaderos tienen que revalorizarse sin que ello suponga necesariamente un mayor coste para el consumidor, por lo que ese mayor precio ha de venir por la reducción de los beneficios de la industria y de la gran distribución.
9.Las ayudas de la PAC son imprescindibles para competir en un mercado tan globalizado. La PAC ha de mantener su presupuesto y exigimos que se profundice en las medidas destinadas a los jóvenes, como son el acceso a los derechos de la reserva nacional, el pago joven, las ayudas a la incorporación de jóvenes al sector agrario y los planes de mejora de las explotaciones.
10.Por lo difíciles que son los comienzos en la agricultura y ganadería, exigimos una fiscalidad diferenciada en los primeros años de la incorporación, así como unas menores cargas de la Seguridad Social. Defendemos la figura de agricultor profesional, frente a los que tienen la actividad como un complemento de rentas, y exigimos que todas las medidas de política agraria favorezcan al agricultor que como tal cotiza a la Seguridad Social.
11.Los problemas de sanidad animal y vegetal nos preocupan a los jóvenes, pues sabemos que afectan a la producción y a la comercialización y a consecuencia de todo ello influyen en nuestras rentas. Pedimos rigor, medidas eficaces y presupuesto para luchar contra las enfermedades animales y vegetales, y medidas que nos protejan de los daños de la fauna salvaje.
12.Los jóvenes agricultores exigimos reciprocidad en las relaciones comerciales con otros países, de manera que los productos que llegan a España o Europa se rijan por las mismas normas sanitarias, de bienestar animal y calidad, y que los derechos sociales de los trabajadores sean también homologables. Los cultivos transgénicos, o se autorizan también en Europa, o se han de impedir los productos importados que aportan esta tecnología, e igual podemos decir de un tema tan candente como es la prórroga en la autorización del herbicida glifosato. Si aceptamos un libre mercado mundial para la venta de los productos agrarios, exigimos también un libre mercado mundial para beneficiarnos de costes más bajos cuando compramos medios de producción como energía o fertilizantes.
13.Los jóvenes exigimos una administración que sea ágil y eficiente, pensada para resolvernos problemas y no para crearlos. La tramitación de los expedientes de autorizaciones o ayudas debe de ser más sencilla y las respuestas más inmediatas. La agricultura y ganadería es hoy una de las actividades económicas más burocratizadas, lo que obliga a veces a estar más tiempo en los despachos que en las tierras o en el tractor.
14.Los jóvenes le pedimos a la banca comercial que crea en nuestros proyectos, que apueste por los jóvenes agricultores dando financiación a nuestras iniciativas, con unas garantías, plazos y condiciones económicas que sean asumibles en un sector no especulativo en el que las inversiones, y los resultados que se esperan de ellas, son a largo plazo.
15.Los jóvenes agricultores pedimos que desde la consejería de Agricultura no se discrimine a ningún sector productivo, y que todos reciban los mismos apoyos a la hora de impulsar la modernización del campo. Pedimos que se rescate de la lista de cultivos o producciones malditas al maíz, los cereales y forrajes, equino de carne, lúpulo, porcino, avicultura y cunicultura. Pedimos a su vez un trato diferencial para los jóvenes que desarrollan su actividad en zonas desfavorecidas de montaña.
La Bañeza, 20 de octubre de 2017.