¿ÚLTIMO ATAQUE A CARRASCO?

Con los días que han pasado desde el inicio de los arrestos de la llamada operación Púnica, todo parece indicar que la cosa no iba con la difunta Isabel Carrasco. Lo digo porque mucha gente, el día que se detuvo al presidente de la Diputación, Marcos Martínez, quiso ver una trama organizada y dirigida por Isabel Carrasco, y respiró cierta satisfacción por denostar su buen nombre incluso después de muerta. En este sentido, el más claro fue Matías Llorente, que la acusó a ella como causante de una serie de irregularidades económicas en la Diputación que bien merecían el ingreso en prisión de todos los diputados de su partido ejercientes en el cargo. Ese día, el día de los hechos, el trofeo para Matías Llorente no era Marcos Martínez, era Isabel Carrasco, porque eso le cargaba a él de razón y le hacía salvador de la patria. Pues se equivocó, se equivocó Matías Llorente tratando de ensuciar la memoria de Isabel Carrasco, y se equivocaron los leoneses con sed de venganza, incluso muerta, de la que fue presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular, entre otros cargos. Y siendo así, y ya que el Partido Popular no lo ha hecho ni lo va a hacer, reivindico para la historia el reconocimiento a la gran labor que desarrolló Isabel Carrasco en la Diputación de León, en lo político y en la gestión económica. Desconozco si hasta su muerte fue “la más transparente de España”, pero sí sé que fue la más eficaz gestionando los recursos, la que atendía a los alcaldes, la que resolvía a tiempo los expedientes, la que pagaba en un menor plazo de tiempo, la que puso un cierto orden en el funcionariado, la que hacía trabajar a los cargos públicos, y la que combatió el fraude y redujo su endeudamiento. Ella y la mayoría de su equipo eran y siguen siendo gente decente, y lo siguen siendo aunque nadie esté dispuesto a defenderlos en medio de esta vorágine mediática.  Y por cierto, ella sí sabía de muchos que se llevaban dinero de la política dentro y fuera de su partido, y de algún comentario muy creíble soy testigo. No obró bien con no denunciarlo.