El próximo lunes, cuando el escrutinio provisional haya dado y quitado razones a los distintos partidos políticos que han concurrido al proceso electoral, las sedes de los distintos partidos quedarán prácticamente sin actividad.
Cierre de sedes
El próximo lunes, cuando el escrutinio provisional haya dado y quitado razones a los distintos partidos políticos que han concurrido al proceso electoral, las sedes de los distintos partidos quedarán prácticamente sin actividad. Algunas, sin lugar a dudas, se cerrarán y posiblemente dejen deudas a los propietarios del inmueble, y en el mejor de los casos, el personal quedará reducido a la mínima expresión y el trasiego de cargos o aspirantes a ellos pasará a ser historia. Y es que la estructura de los partidos políticos, al menos en el ámbito provincial, se limita a las fechas de las campañas, pues el resto del tiempo, el partido que pierde desaparece, y el que gana lleva los centros de decisión a las instituciones donde gobierna. Basta con ver el presupuesto que tienen los partidos políticos de la provincia, que ahora se conoce por la Ley de Trasparencia, para darse cuenta de la mínima estructura de que disponen, y que se supera con creces por el presupuesto del grupo de concejales o diputados provinciales que llega en forma de subvención de las instituciones a estas mismas formaciones políticas. En buena lógica, las ayudas a los grupos políticos deberían de suprimirse, deberían de estar prohibidas, y por el contrario que los partidos políticos tuvieran una financiación suficiente y trasparente para dotarse de medios que le permitieran desempeñar su labor constitucional. Este vaciado de los partidos que se visualizará el lunes, es común también a su presencia en las redes sociales. Se quedará anclada en el día veinticuatro la página web, sin más actualización de contenidos, y se parará la frenética actividad en las redes sociales, lo que demuestra que ese servicio que estaban prestando al ciudadano no tenía otro fin que el de conseguir el voto. Claro que en esta ocasión, con unas elecciones generales que se celebrarán antes de finales de año, y cuya precampaña comenzará a la vuelta de las vacaciones de verano, quizás los partidos se lo pensarán dos veces antes de decidir relajarse. Las verdaderas elecciones son las generales, aunque los puestos quedarán repartidos el próximo domingo.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 22 de mayo de 2015.