La Presa del Bernesga, haciendo una descripción aproximada, es esa que tomando agua del río que lleva su mismo nombre a la altura de Carbajal, recorre varios parajes de pueblos del alfoz de León y vuelve de nuevo al cauce a la altura de Vilecha.
Presa del Bernesga
La Presa del Bernesga, haciendo una descripción aproximada, es esa que tomando agua del río que lleva su mismo nombre a la altura de Carbajal, recorre varios parajes de pueblos del alfoz de León y vuelve de nuevo al cauce a la altura de Vilecha. Se cruza a la entrada de Trobajo del Cerecedo, a la entrada de Armunia, a la entrada de San Andrés, de Villabalter, o al circular por la carretera pasado Azadinos, y por todo ello fácilmente reconocible por la mayoría de los leoneses. Históricamente siempre corría el agua por ella, y no me estoy remontando a hace décadas cuando había un aprovechamiento agrícola y ganadero destacable y daba fuerza motriz para varios molinos que todavía se mantienen en pie a lo largo de su curso. La presa es patrimonio de León y de los leoneses, y es de una indudable riqueza ecológica fraguada por el efecto del agua, que da vida, y por el paso del tiempo. Pues bien, este año, por vez primera en la historia, ha permanecido seca, completamente seca. Seca por decisión de la Confederación Hidrográfica del Duero que ha cerrado las compuertas perjudicando a los usuarios del agua, los regantes, y perjudicando sobre todo al medio ambiente que a veces tanto dicen defender. Donde siempre hubo vida este año hay muerte, desastre ambiental, secarral, un desolador cauce víctima de arbitrariedad administrativa. Pero la cuestión tiene más trasfondo, y es que esta presa estaba considerada en el Plan Hidrológico vigente como “masa natural de agua”, lo que obligaba a su conservación y preservación de amenazas externas, y para dar un encaje legal a la decisión de secarla, la Confederación Hidrográfica modificó el plan de cuenca para cambiarle la calificación por la de “cauce de agua”. Con mi modesta presencia en el Consejo del Agua voté en contra, pero todas las fuerzas políticas, sociales y ambientalistas votaron a favor. Así las cosas, si no hay una mano política que vaya a Valladolid y pegue un golpe en la mesa de la Confederación, únicamente volveremos a ver el agua por la presa cuando llueva.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en la Nueva Crónica del viernes 2 de octubre de 2015.