De cara al proceso electoral del veinte de diciembre se acaba de despejar la principal incógnita, la de los candidatos.
Fuera cuneros
De cara al proceso electoral del veinte de diciembre se acaba de despejar la principal incógnita, la de los candidatos. Me refiero a los que se presentan por la circunscripción en la que votamos los leoneses, los más cercanos en una contienda que de cercana no tiene nada, cuanto más si hacen méritos para que los veamos con mayor desafecto del habitual. La otra incógnita, la del programa, pasa a un segundo plano, pues conociendo la ideología y trayectoria de cada uno de los grupos, nos lo podemos imaginar, y en todo caso, tampoco hay garantías de que lo que prometan lo cumplan, ni de que no se descuelguen con medidas de las que no nos informaron. Si para mí son más importantes las personas que los programas, aunque nada más sea porque a las personas se les puede al menos reprochar, la presencia de cuneros en las listas me causa un rechazo que puede más que la propia ideología. Me niego a dar mí voto a listas que incorporan personas a las que no conozco de nada, que prácticamente no las volveré a ver, que no viven ni trabajan en nuestra provincia, que no le duele nada lo nuestro, que consecuencia de todo lo anterior son lo contrario a lo que se ha dado en llamar la cercanía, y que hasta se creen que se merecen el puesto en el que les colocan y que somos unos garrulos si no sabemos valorar sus méritos. Que les den, que les den a todos ellos, y lo siento por los que le acompañan, que algunos podrían entrar en el perfil de votables, pero esta también debe de ser una de las consecuencias de ir en listas cerradas. Meter cuneros en las listas es una perversión del sistema electoral por circunscripciones territoriales, porque para ese viaje, el legislador se lo hubiera ahorrado con una circunscripción única, sin necesidad de un voto ponderado para favorecer a los territorios menos poblados. Porque, para votar a señoritos y señoritas de Madrid que de nada conozco, ni me conocen, ni tienen interés en conocerme, la vedad es que preferiría votar una lista única a nivel nacional que fuera más representativa de la voluntad popular perjudicando menos a las minorías. Que las dejen abiertas y ya verán.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 13 de noviembre de 2015