El último censo oficial sobre el lobo elaborado por la Junta de Castilla y León, que se ha dado a conocer estos días a las organizaciones agrarias, tiene censadas en la provincia de León 54 manadas de lobos, representando el 30 por ciento sobre las 179 manadas avistadas en toda Castilla y León.
CINCUENTA Y CUATRO MANADAS DE LOBOS SE MUEVEN YA A SU ANTOJO POR TODO EL TERRITORIO DE LA PROVINCIA DE LEÓN
El último censo oficial sobre el lobo elaborado por la Junta de Castilla y León, que se ha dado a conocer estos días a las organizaciones agrarias, tiene censadas en la provincia de León 54 manadas de lobos, representando el 30 por ciento sobre las 179 manadas avistadas en toda Castilla y León. La Junta estima que en total hay 1.600 lobos en Castilla y León, y que la población es “especialmente próspera” en las reservas regionales de caza del noreste y noroeste de la provincia de León. Estas cifras confirman lo que ASAJA ha venido denunciando reiteradamente, que la política de la Junta, además de consolidar la presencia del lobo en las zonas en las que tradicionalmente ha estado, se está produciendo un alarmante crecimiento demográfico, y lo que es peor, el lobo ha conquistado ya todo el territorio de la provincia incluyendo comarcas donde históricamente nunca se le veía. ASAJA defiende que la presencia del lobo es incompatible con la ganadería extensiva, en particular las especies de vacuno y equino que pastan en los prados y montes, a campo abierto, sin la continua vigilancia de los dueños, al contrario de lo que ocurre con el ganado ovino que sale al campo acompañado del pastor.
En el año 2013, la Junta de Castilla y León tramitó favorablemente 170 ataques de lobo a la ganadería leonesa, afectando a 126 cabeza de ganado mayor (vacuno, equino,..) y 115 de ovino. El número de ataques se incrementó el 48% respecto a los registrados en el año 2012. Destacar que estos ataques de lobo, tramitados favorablemente, se refieren a los ocurridos en las reservas de caza, o en el Parque Nacional Picos de Europa, así como ataques a ganaderías que disponen de un seguro ganadero –que son una minoría-, ya que en el resto de los casos, las denuncias no se resuelven favorablemente y la mayoría de los siniestros tan siquiera son comunicados a la Junta para que los tenga en cuenta a efectos estadísticos. De esta forma, los daños oficiales son tan solo la punta del iceberg de un problema cada vez mayor, que pone en peligro la ganadería extensiva, y que cuesta cada año millones de euros en pérdidas directas e indirectas.
Por otra parte, ASAJA denuncia que cada año se produce un incumplimiento del plan cinegético para esta especie, y que en 2013 tan solo se abatieron en la provincia de León 32 ejemplares de lobos, escasamente el 60% de los inicialmente previstos. Los lobos abatidos en acciones de caza en la provincia representaron en 42 por ciento de todos los capturados en Castilla y León.
ASAJA defiende la presencia del lobo únicamente en los territorios donde ha estado presente históricamente, con un control de censos que garantice la conservación pero no la proliferación de la especie, y exige que la Junta de Castilla y León asuma los daños como daños patrimoniales, valorándolos en su justa medida –incluyendo el lucro cesante- y pagando las indemnizaciones en plazos razonables. Con todos los respetos para quienes defienden la especie por encima de cualquier otro planteamiento, ASAJA considera que por encima de los pensamientos medioambientalistas tiene que esta la defensa de los ganaderos como personas que ocupan el territorio, generan empleo y riqueza, y son garantía de la preservación del medio ambiente y el medio rural.
León, 30 de septiembre de 2014.