Que el nuevo Comisario de Agricultura y Alimentación de la Unión Europea, Christopher Hansen, no tenga que rendir cuentas a la vicepresidenta de la Comisión, Teresa Ribera, es una buena noticia para los agricultores leoneses y para todos los agricultores de los veintisiete países. Pero no es poca preocupación que a la española se le hayan otorgado competencias en medio ambiente y transición ecológica, desde donde nos apretará las tuercas en aspectos tan relevantes como la gestión del medio ambiente y dentro de este la de las especies salvajes, así como sobre la gestión de la política hidráulica y su extensión a la agricultura de regadío. Pero también de ella dependerá la política de facilidades para las empresas eólicas y sobre todo fotovoltaicas, que tanto daño hacen destruyendo el terreno agrícola y de pastos del que viven nuestros agricultores y ganaderos, y ya sabemos de qué parte está la hasta ahora mano derecha de Pedro Sánchez. Difícil que bajo su mandato, nada más y nada menos que de cinco años, se modifique la directiva hábitat para poder hacer un control ordenado de especies tan dañinas para la ganadería como es el lobo, por más que quizás el Parlamento Europeo pueda tener sensibilidades distintas a las que tiene la Comisión y en particular ciertos comisarios o comisarias. Y bajo el mandato de Teresa Ribera, salvo que “le corte las alas” Ursula Von der Leyen, la política hidráulica no va a consistir en generar reservas de agua para aprovecharla en la industria, en la agricultura y en la ganadería, una vez que sobre para el uso humano, sino que va a consistir en dejarla que corra por los ríos, con destino al mar, convirtiendo su uso en algo prohibido, penado, castigado, perseguido. Porque Teresa Ribera no cree en el campo, ni en la ganadería, ni en los hombres y mujeres que lo desarrollan, ella cree que nuestro espacio se lo hay que dejar a los lobos  que comen nuestras vacas, y a los fondos de inversión que nos lo llenan de placas fotovoltaicas. Pedro Sánchez la metió con calzador, ahora nuestra esperanza es que la aten corta, porque es mala y peligrosa.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 27 de septiembre de 2024