En el debate político leonés, quién no es leonesista pierde el debate. Lo de “mejor solos que con Valladolid”, ha arraigado en el sentir de casi todos los leoneses y leonesas independientemente de la edad, condición social e ideología. Lo piensan incluso cargos electos de los dos partidos mayoritarios, aunque en público digan lo que en cada momento haya que decir siguiendo las instrucciones del que manda. No es una cuestión de demostrar con cifras cómo estaríamos mejor, si juntos o separados. No es una cuestión de poner encima de la mesa las inversiones que ha recibido la provincia y las que han recibido otras provincias, incluida Valladolid. No es cuestión de tener en el Gobierno regional a un peso pesado de la política como Suárez-Quiñones, porque sería igual si hubiera dos pesos pesados o hubiera medio gobierno. Para defender el principio de “León solo”, en nuestro estado autonómico, no hacen falta argumentos, basta con decirlo, pero para defender la postura contraria, hay que tener un amplio repertorio de recursos dialécticos que al final no van a dar resultado alguno, y si lo dan, es con gente de fuera, no con el electorado local. Por eso el PP y el PSOE están que muerden cuando se le fuerza a un pronunciamiento en el que tienen que decir lo mismo que sus señoritos con mando en Valladolid o en Madrid, y por eso los alcaldes, que no deben el sueldo a nadie porque no lo tienen, se revelan y dicen y hacen lo que les viene en gana. ¿Y qué pienso yo? Pues que para la clase política, que es la que crea opinión, cuantos más chiringuitos mejor, porque más cargos hay para repartir. Para el resto de la sociedad, quizás no veamos viable una autonomía uniprovincial, despoblada, envejecida y desindustrializada, y si pudiéramos elegir, nos juntaríamos con Asturias, pero me temo que eso no va a poder ser. Mientras cambian las cosas, que no van a cambiar, condenados estamos a entendernos con Valladolid, mal que nos pese, que es un buen territorio, en mí opinión. Porque si nos ponemos brutos y a la contra en todo, es probable que salgamos perdiendo y con todos hartos de nuestro lastimeo.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 28 de junio de 2024.