Una política moderada en la Unión Europea, tras las elecciones del pasado domingo, es seguramente un acierto para los intereses de la mayoría de los ciudadanos, y muy particularmente para los intereses del sector agrícola y ganadero. El sector primario mira permanentemente a Europa porque es de allí de donde llegan los principales fondos que repercuten en el sector, y porque es allí donde surgen las distintas normas de obligado cumplimiento para los estados miembro. Una alianza entre socialistas y populares, tras los resultados obtenidos por los distintos grupos políticos en las elecciones del nueve de junio, evita sobresaltos de partidos más radicales situados tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda del arco parlamentario. Y dicho esto, en esa política de pactos, a buen seguro se colarán propuestas que no nos convenzan a nadie, y se colarán candidatos a comisarios, como posiblemente Teresa Ribera, que nos den sarpullidos con tan solo mencionarlos. Pero la gran construcción europea, nunca terminada, y la incorporación de nuevos países, entre ellos Ucrania, son materia suficiente para que deba de prevalecer la continuidad, la estabilidad y la solvencia. De este pacto entre derechas e izquierdas debería de salir un colegio de comisarios de prestigio y con peso político, liderado por Ursula von der Leyen, que sintonice bien con los dirigentes de los principales países de la Unión, y con las fuerzas parlamentarias. Y en materia de agricultura y ganadería, el punto de partida no puede ser el dogmatismo con el que se aprobó la PAC actual, sino las rectificaciones que se han hecho a lo largo de este año tanto en los discursos como en las normas. Porque una PAC que vaya en contra de los intereses de los destinarios de la misma, está abocada al fracaso, pero una PAC que no entienda la sociedad en su conjunto, tampoco puede tener mucho recorrido. Es necesario un equilibrio que tiene que llegar de la mano de grandes estadistas, no de la mano de grandes populistas, y la “fiesta” tiene que ser vivir todos mejor.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes14 de junio de 2024.