Todos cargos públicos están expuestos a la crítica y no siempre es constructiva, pues muchas veces se hace simple y llanamente con la intención de destruir, de desgastar al adversario. En el mundo de la política lo saben bien nuestros alcaldes, y es más, incluso nuestros presidentes pedáneos, que son el eslabón más bajo de la estructura política. Y estos también tienen hijos, y esposas o maridos, de los que se han acordado para mal los votantes dolidos con alguna decisión de gobierno, a los que también le han sacado sus trapos sucios o han tratado de ensuciar su reputación. Sin comerlo ni beberlo, que se suele decir, sin que haya sueldo por el cargo, y sin que haya indicios razonables de “mordidas”, los familiares de estos políticos locales han sufrido legislaturas horribles, finales de legislatura peores cuando se acercan nuevas elecciones, y amenazas de mirar bajo las alfombras de quienes los desalojan de las presidencias. Los hay que lo han hecho mal y nadie le ha pedido responsabilidades, los hay que lo han hecho mal y han perdido las elecciones, otros han pagado con multas o cárcel, como también otros han pagado por algo que, a los ojos de la ley pudo estar mal, pero que lo hicieron con buenas intenciones. Por eso no entiendo que un presidente de Gobierno, al que se le supone un temple a prueba de bombas, se haya puesto tan estupendo con todo un país por el simple hecho de que un juzgado haya iniciado diligencias buscando un presunto delito de tráfico de influencias de su esposa. Tampoco pienso que este hombre sea un débil, después de las que ha preparado en el partido y en el gobierno apartando a quién no servía a sus intereses, o viendo cómo se ha defendido cuando los suyos le decían que no le querían para llevar los designios del PSOE ni los de España. Así que a la espera de lo que decida, a la espera de lo que le exijan los militantes de su partido, y sobre todo a la espera de lo que le deparen los apoyos parlamentarios que ha tenido hasta ahora, yo pienso que este gesto, este hecho insólito, le inhabilita para seguir gobernando España.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 26 de abril de 2024