No me es fácil opinar sobre el ministro de Agricultura del Gobierno de Sánchez, porque al mantener en el cargo a Luis Planas, la notica es que no hay noticia, o al menos no hay noticia relevante. Es bueno que no haya noticia y que nos quedemos con lo conocido, porque arriesgar en un ejecutivo de conveniencia, como es este, sustentado en tantas fuerzas e intereses distintos, es apostar a perder. Luis Planas no hace ni dice tonterías, y eso se agradece, pero es verdad que a un ministro del Gobierno de España se le exige que además de eso dé un impulso al sector modernizándolo y haciéndolo más competitivo, negocie bien nuestros intereses en Bruselas y en el marco de tratados internacionales, y consiga para el campo políticas horizontales con presupuestos y competencias de otros ministerios. Luis Planas nos defendió de los ataques del indocumentado comunista Alberto Garzón, y nos defendió también, supongo que hasta donde pudo, de los de la vicepresidenta Teresa Rivera, que esa sí que no puede ver a la gente del campo. La confirmación de Luis Planas en el ministerio de Agricultura ha sido un alivio para los agricultores de la mitad norte del país, pero mira por dónde ha sido todo un jarro de agua fría para los del sur, su patria, que por distintas razones no le pueden ni ver, vamos, que no es profeta en su tierra. Si no hay noticia con el nombramiento de Planas, tampoco la va a haber con el del personal del equipo directivo, así que toca aburrirse, quizás lo mejor en estos tiempo turbulentos. Conviene no alejar las miradas del ministerio de la Transición Ecológica, con competencias tan relevantes como la del agua, ni del de Hacienda que decide sobre los impuestos, ni del de economía que reparte fondos entre departamentos, ni del de Exteriores que abre o cierra mercados internacionales, ni de Pedro Sánchez, que haría bien en hablar alguna vez del campo y reunirse con sus representantes. Y por cierto, la confrontación con las comunidades autónomas nos perjudica, nos pilla en medio de dos frentes y nos utilizan.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en la Nueva Crónica del viernes 24 de noviembre de 2023