Hasta no hace muchos años defendía que el modelo de ganadería de vacuno de leche que iba a perdurar en la provincia era el de explotación familiar, entendiendo como tal la que pudieran atender los miembros de la familia y como mucho con el apoyo de un trabajador. Me equivoqué, ese modelo no ha parado de perder activos y en los próximos años van a desaparecer las últimas ganadería que todavía subsisten de esas características. El que ahora prevalece es el de explotación familiar más grande donde los asalariados superan con mucho, en número, al de los autónomos que regentan el negocio. Estos ganaderos arriesgan mucho capital, están al frente de la explotación día y noche todos los días del año, gestionan también la parte agrícola que proporciona la alimentación del ganado, y se han convertido, por necesidad, en jefes de personal, tarea que seguramente es la más complicada y para la que no se habían preparado. Sigo sin ver otro modelo distinto al familiar, pero digamos que ahora es un modelo que ocupa mano de obra, cada vez más mano de obra, y crece en tamaño buscando la economía de escala. En el mundo de los negocios, también en el agrario, no gusta que desde el poder político te pongan condiciones, se te limite el crecimiento, se te diga cómo y hasta dónde, y lo deseable es que cada empresario gestione como estime y aprenda también si es el caso de sus propios errores. La provincia de León, con este modelo ganadero, no estará a la cabeza, pero no tenemos demasiadas desventajas competitivas con respecto a otros territorios, quizás todo lo contrario. Y en este contexto, en el de la incertidumbre del sector ganadero de lechero, me pregunto si el Real Decreto de reordenación del sector que aprobó a finales de año el Gobierno va a servir para potenciar o para jibarizar las ganaderías lecheras. Limitar el tamaño de las granjas a 750 vacas hoy puede no ser un problema, pero el tiempo pasa deprisa y el mundo globalizado impone sus reglas, también la del tamaño. En otras partes del mundo se alegrarán de que seamos pequeños.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 6 de enero de 2023.