Sé que es tentador para los gerifaltes de la Diputación asociar los productos agroalimentarios de León con el éxito que este sector está teniendo en la exportación, y de paso atribuirse ese éxito por la simple razón de que la institución provincial alquila un palacio para que expongan y venda durante tres días, y por acompañarles a promociones por media España para mayor gloria de los jefes de compras de ciertos lineales. Pero el éxito de la exportación agroalimentaria trasciende a estos “detalles” de la institución provincial y tiene que ver sobre todo con la competitividad de nuestras empresas, que pasa por la previa competitividad de un sector primario que aporta productos de calidad y a precios razonables para su posterior transformación. Empresas con mano de obra cualificada y entregada y costes laborales contenidos, empresas que han ganado en tamaño, empresas con capacidad financiera, y empresas que se han modernizado y tecnificado al máximo. Bien está que nuestras pequeñas empresas agroalimentarias consigan colocar sus productos en mercados exteriores y ganar valor, pues siempre mejor eso que andar suplicando por los bares para que les compren los productos en un regateo de precios que a veces resulta un tanto indigno. Pero mientras las pequeñas empresas agroalimentarias despegan en eso de la exportación, hoy las que realmente están trayendo divisas para nuestro país, para nuestra provincia, y consecuencia de esa actividad generando mucha riqueza y empleo en el ámbito local, son, sin citar nombres, un matadero con sala de despiece y procesado de productos del porcino, un entrador de animales vivos de ovino al que conocen bien por Oriente Medio, un quesero de toda la vida que hace queso Castellano, una multinacional que fabrica tranchetes, una empresa de cecina que vende sobre todo su marca propia, alguna embotadora de legumbres, y poco más. Muy poco más. Exportar no es nada fácil, ni siempre es la solución para las empresas, pero el mundo cada vez es más global, y el futuro pasa por abrirse camino en nuevos mercados.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 2 de diciembre de 2022.