Este nombre genérico da cobijo a varias entidades cooperativas de crédito, extendidas por toda España, que con pequeñas fusiones o con acuerdos de colaboración entre ellas de otra índole, han sobrevivido a la crisis económica y financiera de este siglo y muestran a día de hoy una fortaleza envidiable. El espacio que había en la provincia de León lo ha ocupado con gran acierto la Caja Rural de Zamora, como lo ha ocupado también Cajamar, y en las últimas semanas ha hecho su incursión otra caja rural perteneciente a otro grupo, Euro Caja Rural. Desconozco si hay tanto negocio en el mundo rural, o mejor dicho, si el resto de la banca está abandonando tanto el negocio rural que está dejando espacio suficiente para estas entidades que en principio están más apegadas a la tierra. Las cajas rurales son casi las únicas que todavía abren oficinas, que contratan personal, y que están siendo proactivas a la hora de dar créditos tanto al consumo como para impulsar los negocios. Es indudable su trato cercano y por ello todavía alejado de esa máquina que te espera a la entrada para sacar un número y derivarte a un operario del que ya nos sabes cómo se llama ni por supuesto nada de su vida. Importante esa cercanía, pero más esa inmediatez a la hora de resolver las operaciones de crédito sin la necesidad de pasar por tantos comités y terminar en un órgano directivo situado a cientos de kilómetros y desconocedor de la realidad del territorio y desconocedor del cliente. Las cajas rurales han dado un buen servicio a esta provincia e los últimos tiempos, y se le agradece, y se espera de ellas que sigan con ese compromiso compitiendo entre ellas y compitiendo con las demás entidades. Y ahora que el dinero ya no es gratis, y más pronto que tarde tendrán que pagar a los clientes por depositar los ahorros en la entidad, como siempre ocurrió, serán estas cajas rurales las que se ganen la confianza de nuestros pequeños ahorradores, muchos jubilados del campo, que sabrán ser agradecidos. Muchas entidades han tratado mal a los clientes y esos clientes sabrán guardársela, seguro.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 7 de octubre de 2022.