Regar por turnos es lo habitual, lo que aprendimos desde pequeños los que nacimos con el regadlo de unas botas katiuskas y un pala, y cuanta más escasez, más turnos y más rigurosos, y más trabajo para el guarda encargado de hacerlos cumplir. Para poner turnos de riego en demarcaciones más afectadas por la sequía se reunió la pasada semana la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Duero, y se los puso, incluso, a las comunidades de regantes del río Bernesga. Vista la noticia, me pregunto si este río, que tiene un pantano de treinta hectómetros cúbicos, el de Casares, atraviesa una situación de sequía, porque pienso yo que no debiera. Y no debiera porque, al margen de que el invierno no fue abundante en precipitaciones, la superficie regable en el Bernesga es ínfima, por lo tanto, cada año, con lo embalsado hay margen suficiente para que el río lleve un caudal razonable, también en verano, y atienda el regadío de cuatro huertos de jubilados, cuatro prados de ganaderos que se pelean con la guardería fluvial para que le dejen coger el agua, y cuatro tierras plantadas de chopos. Me pregunto para qué sirvió la inversión de dinero público, que no fue menor, en la construcción de un pantano, y para qué sirvió expropiar a los ganaderos de Casares sus mejores prados donde hoy se asienta el embalse, si por una mala gestión el embalse no almacena cuando debe y no suelta cuando hace falta. Me pregunto si en una provincia como esta no habría que impulsar una zona regable próspera y modernizada en las márgenes del Bernesga para dar sentido al pantano, y de no ser posible por falta de interés de los propietarios, ampliar zonas regables aguas abajo desde la confluencia con el Esla hasta el límite con Zamora. Y por cierto, en plena campaña de riego y con una sequía ya declarada oficialmente, la Confederación Hidrográfica del Duero no tiene arreglado el relevo de una presidenta que anunció su retirada hace semanas y que ya no aparece ni en los momentos importantes. En tiempos de crisis, sin capitán al mando, salvo para sancionar.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en la Nueva Crónica del viernes 29 de julio de 2022.