El Gobierno aprobó el pasado martes, en Consejo de Ministros, un Real Decreto sobre normativa relacionada con la maquinaria agrícola en aspectos como la inscripción en el registro oficial de la misma. Entre lo más llamativo se encuentra la prohibición de cambiar de titular para tractores fabricados antes de 1980, que no tengan arco de seguridad, que son casi todos, salvo que el cambio de titularidad sea por herencia. De esta forma, los tractores de más de cuarenta año se quedan para siempre en la casa del dueño o sus herederos, exceptuando que llames al desguace para que los achatarre. Por poner ejemplo que conocemos todos, coches de cuarenta años hay pocos por las carreteras, pero tractores en uso de esa edad y más, hay muchos. No voy a decir que esos tractores estén moviendo la agricultura actual, porque no es cierto, pero sí que se utilizan para labores complementarias y sí que se utilizan para esa agricultura de autoconsumo de nuestros jubilados o de quienes tienen el campo como entretenimiento. Cierto que el Gobierno quiere apartar de la circulación tractores con poca seguridad, pero no es menos cierto que estos tractores se ven con frecuencia envueltos en accidentes porque quienes los conducen, normalmente por edad, son un peligro al volante, no más, sino lo contrario, que cuando el volante que cogen es el de un turismo. Como quiera que sea, con esa legislación ya aprobada, el Gobierno quitará del mercado a miles de tractores en la provincia de León, y lo hace hiriendo nuestro bolsillo e hiriendo nuestros sentimientos por el valor afectivo que muchas veces tienen estas máquinas que se compraron en tiempos difíciles o que heredamos de nuestros padres o abuelos. Y, paradójicamente, estos que legislan para mandar a la chatarra a nuestras máquinas en uso, son los que defienden la economía circular, los que se oponen al desarrollismo, al capitalismo más salvaje, los que en definitiva pretenden que hagamos un uso más racional y sostenible de los recursos. El comunismo gobernante no nos quita las tierras, como amenazaban antaño, pero sí los tractores.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 13 de marzo de 2020.