La Junta de Castilla y León se ha marcado como uno de sus objetivos que las cooperativas agrarias aumenten en los próximos años su volumen de negocio un cuarenta por ciento. Primero lo dijo el presidente Alfonso Fernández Mañueco, y la ultima vez, este pasado lunes en Cabreros del Río, lo repitió de nuevo el consejero de Agricultura Jesus Julio Carnero. Crecimientos de tal envergadura son propios de países emergentes cuando aciertan con la senda económica, y es propio de empresas de sectores especulativos o negocios muy innovadores que ocupan un mercado que no se había cubierto. Pero por lo demás, crecimientos del cuarenta por ciento en una empresa agroalimentaria o de servicios al campo, sea bajo el modelo cooperativo o de sociedad mercantil con acciones o participaciones, se me antoja tan imposible que resta credibilidad a quién lo dice. No entro en cuántos años se quiere tomar la Junta para llegar a esa cifra de crecimiento, porque incluso en diez años, me seguiría pareciendo un crecimiento imposible, cuanto más si por lógica se refiere a los cuatro años de legislatura política. Se puede crecer dando más valor a lo que se produce por participar en los procesos de transformación, se puede crecer ganando en socios y consecuentemente volumen de negocio, crecer porque se incrementen los precios, o por el conjunto de todo ello, pero contentos se darían las cooperativas si, como cualquier otra industria agroalimentaria, consiguen crecimientos sostenidos por ejemplo del tres por ciento anual. Y más vale que ese crecimiento se base en un crecimiento global de la facturación del campo debido a una mayor productividad, porque si lo tienen que ganar a base de quitarle clientes o proveedores a las empresas privadas del sector, por lo general mejor gestionadas, se me antoja harto difícil. Por todo ello, bastaría con que ganaran en eficiencia y solvencia, fueran más útiles a los socios, consolidaran su cuenta de resultados, remuneraran en su justa medida el capital y la mercancía de los socios, y crecieran al menos al ritmo del mercado.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 15 de noviembre de 2019.