Muchas frentes abiertos para los viticultores.
Cuando prácticamente se acaba de dar el pistoletazo de salida a la vendimia 2024, los viticultores de Ribera del Duero afrontan la presente campaña con varios frentes abiertos que complican la recogida de la uva.
El primero de ellos es la escasez de uva, dado que se prevé que se recoja la mitad que el año pasado debido a una complicada primavera (heladas y granizo) y a las lluvias de este mes que puede hacer aparecer la temida botrytis. Una primera estimación de producción nos acerca a los 60 millones de kilos. Estamos hablando que a día de hoy tenemos una uva excelente calidad y en perfecto estado sanitario.
A estos inquietantes datos de producción hay que añadir que hasta el momento no se están cerrando contratos entre bodegas y viticultores para la compra de uva, con lo que el precio no queda fijado creando una profunda incertidumbre en el sector productor. En este punto ASAJA reclama el estricto cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, además de que el precio de la uva se pague en su justa medida. Además existe cierta incertidumbre a la hora de contratación de trabajadores, ya que puedes existir poca oferta de mano de obra.
También ASAJA quiere solicitar al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero que establezca todas las medidas y controles necesarios para que prácticas que puedan resultar contrarias a los intereses de la Denominación no se lleven a cabo en ningún caso, ya que está en juego el prestigio de unos caldos cuya bandera es la calidad de los mismos.