El fortalecimiento de cadenas de suministro locales beneficiaría a los agricultores y ganaderos y también sería positivo para el consumidor.
La actual crisis sanitaria, y las derivaciones negativas que ha tenido al frenar la demanda de numerosos productos agroganaderos, ha agudizado aún más los desequilibrios y fallos de la cadena alimentaria. Obtener un precio digno por su producción es hoy más que nunca vital para el sostenimiento de nuestra agricultura y ganadería, y todas las medidas que redunden en este objetivo tienen que ser consideradas e impulsadas para lograr un sistema más justo que el actual, especialmente dañino con el eslabón más débil, el del productor.
En este sentido, hoy se debatía en el seno del Consejo Agrario de Castilla y León un documento presentado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, denominado “Declaración de compromiso para un marco estable y equilibrado de la cadena alimentaria de Castilla y León”. Aun estando lógicamente de acuerdo en el fondo de la cuestión, ASAJA considera que “el peligro de este tipo de posicionamientos es que se queden en papel mojado”, por lo que ha propuesto una serie mejoras al texto, encaminadas a reforzar el papel de los productores en la cadena de valor de los alimentos. Entre ellas, pide prohibir la venta a pérdidas y apoyar en mayor medida a las industrias que adquieran la materia prima producida en Castilla y León. También, como se recoge el documento, ASAJA considera fundamental que se rebaje la presión fiscal sobre la cadena de producción de alimentos, empezando por las explotaciones agroganaderas, “pero esta rebaja de impuestos tiene que ser alentada no solo por el Gobierno central, como apunta la Consejería, sino también por la propia administración regional y por las administraciones locales, los ayuntamientos”.
Además, ASAJA ha solicitado hoy al consejero de Agricultura, José Julio Carnero, que su departamento prepare un marco legal para que los agricultores y ganaderos interesados puedan ofrecer venta directa de sus producciones en la propia explotación, a domicilio o en mercados, o bien a través de canales cortos de comercialización (tiendas cercanas, o plataformas online). Para ello, la administración regional, en sintonía lo que se está promoviendo en otras autonomías, debe favorecer estas cadenas de suministro de alimentos gestionadas por agricultores y ganaderos, “y marque con claridad y toda la sencillez posible los requisitos a cumplir para que pueda desarrollarse esta venta con todas las garantías”.
Es importante destacar que en el marco de la futura PAC desde Bruselas se está apostando por estas cadenas de suministro locales, que permiten al agricultor evitar intermediarios y obtener un precio más justo por sus producciones, y también favorece al consumidor, al incrementar la oferta de alimentos de calidad y de granjas locales. Aunque la venta directa no es posible para todo tipo producciones, ni para todo el volumen existente, sí puede ser un medio interesante de obtener una fuente de ingresos para un segmento notable de explotaciones. En Castilla y León hay numerosas producciones que podrían encontrar un buen cauce en este tipo de venta: hortícolas, patatas, frutales, legumbres, frutos secos, miel, aromáticas… Y también en el caso de que el agricultor/ganadero sea transformador, aceite, cárnicos, derivados lácteos, confituras, vino, cerveza, etc.