Una organización, la UPA de Ávila, que cada vez tiene menos apoyos y afiliados en la provincia y que actualmente se encuentra dirigida por un jubilado
La Alianza UPA-Coag de la provincia Ávila nuevamente muestra su verdadera cara y el único fin que le mueve, el enfrentamiento continuo y a cualquier precio buscando la división entre las organizaciones agrarias de la provincia en lugar de la unidad de acción, utilizando para ello cualquier motivo hasta llegar a la ridiculez y bobuna como volvió a demostrar en el día de ayer.
La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila lleva cerca de de diez años padeciendo y soportando el permanente acoso y descalificación continua de la que es actualmente la organización minoritaria y con menos apoyo por parte de los agricultores y ganaderos de Ávila, la Alianza UPA-Coag. Dos organizaciones juntas que aún presentándose en coalición electoral en la provincia en las recientes elecciones del campo, ni siquiera han sido capaces de lograr igualar los apoyos recibidos por ASAJA de Ávila, organización que se presentó en solitario.
Las mujeres y hombres del campo de Ávila, al igual que en el resto del territorio de Castilla y León, respaldaron con su voto el pasado mes de febrero la labor incansable y en defensa del sector agrícola y ganadero que desarrolla ASAJA, una defensa del modelo profesional agrario que realizan sus dirigentes y su equipo técnico sin preocuparles lo más mínimo lo que hace o deja de hacer la UPA, con respeto hacia todo el tejido social y el resto de organizaciones agrarias, y sin necesidad de buscar la confrontación ni descalificar.
Hace unos días ASAJA de Ávila tuvo conocimiento de cómo la UPA de Jaén y su secretario general en aquella provincia andaluza arremetían en redes sociales e intentaban mofarse de ASAJA y la Iglesia Católica, practicando la intolerancia y falta de respeto habitual que les caracteriza. Ayer era el turno mediante comunicado de prensa de la UPA de Ávila, una organización decadente y carente de ideas, minoritaria en nuestra provincia al igual que en el resto del territorio de Castilla y León -donde en muchos casos es residual o inexistente-, que con actos como este se desacredita por sí misma.
Lo indiscutible es que a comienzos de año el campo padecía una preocupante y larga sequía, sin reservas y con los pantanos bajo mínimos que impedían afrontar la siguiente campaña de riego e incluso hacía peligrar el abastecimiento de agua para consumo humano, con unas malas perspectivas tanto para la agricultura de secano como de regadío y la ganadería. La petición de nieves y aguas a primeros de año, que luego fueron generosas durante toda la primavera, revertieron esa situación en nuestra provincia, Castilla y León y el resto del territorio nacional, colmando las necesidades hídricas de agricultores, ganaderos y del resto de la población.
ASAJA no puede entender la descalificación y búsqueda del enfrentamiento continuas, sin motivo ni sentido alguno, que en la sombra practica el que lleva siendo su máximo dirigente en la provincia como secretario general de UPA de Ávila, además de responsable de Agricultura de UPA a nivel estatal, y que se perpetúa en el cargo desde hace la friolera de 40 años. Una persona que se encuentra ya jubilada, pero que no renuncia a los cargos ni cede el testigo. Únicamente le mueve la inquina y el odio hacia ASAJA, y así regocijado en su jubilación le es muy cómodo levantar el teléfono y ordenar “dedicar” una nota de prensa, como la enviada ayer a los medios de comunicación sin argumento alguno en la que deja al descubierto su resentimiento hacia ASAJA y la animadversión hacia la Iglesia Católica.
Como ya ha expresado públicamente en reiteradas ocasiones la organización agraria, ASAJA de Ávila exige respeto al resto de organizaciones agrarias y defiende la unidad de acción como la mejor herramienta para la defensa de los intereses del sector agrario. ASAJA se niega a participar de la estrategia de enfrentamiento a cualquier precio que practica la UPA de Ávila y el sindicalista jubilado que la dirige. No es de recibo, ni lo vamos a tolerar, que la organización agraria UPA de Ávila y su máximo responsable provincial intenten mofarse continua e impunemente de la organización agraria ASAJA, los agricultores y ganaderos de bien a los que representa y la propia Iglesia Católica. Los ganaderos y agricultores de Ávila son sabios y con su voto en la última consulta electoral celebrada revelaron que cada vez son menos los que apoyan y se sienten representados por el sindicato agrario UPA, el minoritario en la provincia. Sus mandatarios parecen no asumirlo y continúan con su estrategia sindical de los últimos años, la del acoso y derribo, el enfrentamiento y la descalificación. Ellos solos quedan retratados y desacreditados.