Por José Antonio Turrado. Secretario General de ASAJA de Castilla y León
La presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, que nos recibió a ganaderos y representantes del sector, el pasado martes, para trasladarle a ella y a todos los grupos políticos la grave crisis del vacuno de leche, ejerció su papel institucional y, pudiendo entrar en los pormenores de la crisis, no lo hizo.
Lógico, no le correspondía a ella una lección magistral sobre el problema, por respecto a la actual titular de la cartera de Agricultura, respeto al resto de miembros de la Mesa de las Cortes, y respeto a los portavoces parlamentarios, y porque cuando se deja un cargo –ella fue consejera de Agricultura y Ganadería-, hay que saber pasar a un discreto segundo plano sin hacer de menos al que te sucede, y más si el que te sucede es de tu misma formación política.
Ella vivió la crisis láctea del año dos mil nueve, también dura, y le tocó adoptar decisiones políticas y consignaciones presupuestarias cuando acababa de estallar la crisis económica en nuestro país de la que todavía no nos hemos recuperado. La presidenta de las Cortes tuvo palabras de aliento para los ganaderos, palabras sentidas, y eso es de agradecer, pues cuando tenemos un problema, se valora que te apoyen y te comprendan, aunque las palmadas en la espalda del vecino o el amigo no te lo resuelvan.
Silvia Clemente, en una reflexión al final de la reunión, hizo alusión al tiempo y dedicación de los ganaderos a su explotación, sabedora que las vacas comen dos veces al día, que se orden al menos otras dos, y que eso obliga a jornadas muy largas todos los días del año, sin entender de sábados, ni de domingos, ni de fiestas de guardar.
Recordó que los ganaderos no tienen eso que todos los ciudadanos más valoramos, tiempo libre para administrar a nuestro antojo en lo que deseemos, tiempo libre fuera de lo que es la jornada de trabajo.
Y efectivamente, si a la presidenta de las Cortes no le correspondía tan siquiera insinuar medidas de apoyo al sector lácteo, si las iniciativas legislativas corresponden a los grupos políticos, a ella le tocaba hacer un papel más humano, y no lo pasó por alto.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicada en La Nueva Crónica del viernes 11 de marzo de 2016.