Durante estos días estamos procediendo a la recolección del cereal en un año atípico marcado en su comienzo por la escasez extrema de lluvias, su posterior abundancia y un remate marcado por las tormentas y pedriscos. El cambió climático es una realidad en el campo. Fenómenos extremos que ponen en  riesgo nuestras cosechas y producciones ganaderas y que convierten en imprescindible la suscripción del seguro agrario como herramienta básica para nuestras explotaciones y economías.

A las dificultades climáticas de la presente campaña, se une ahora la ruina de precios que padecemos. Cuando el resto de Europa sufre una tremenda sequía y la cosecha no es buena, contemplamos atónitos como los precios del cereal bajan a unos límites que hacen que las cuentas no nos salgan. Por más vueltas que lo demos, los números no cuadran, los gastos son muchos y los ingresos unos años por no coger grano otros por no tener precio, hacen que produzcamos a pérdidas.

Esta ruina de precios, recurrente en muchos de nuestros sectores agrícolas y ganaderos, no se resuelve y eso deja en evidencia que las leyes y normativa puestas en marcha en los últimos tiempos no están dando los frutos para las que se crearon: el reequilibrio de la cadena de valor y un reparto justo del beneficio dentro del complejo sistema agroalimentario.

Por eso, al nuevo Gobierno de España le pedimos que tenga las agallas suficientes para impulsar medidas que resuelvan el gran problema del campo, su rentabilidad. Si queremos rejuvenecer el sector, fijar población en nuestro medio rural y dar una viabilidad a nuestros pueblos tenemos que hacer atractiva la actividad agraria, y eso sólo lo conseguiremos si conseguimos dignificar la profesión y hacerla rentable. Y para ser rentable necesitamos avanzar en la puesta en marcha de los seguros agrarios que cubran la ‘pérdida de rentas’, esto es, los altibajos del mercado, y que nuestro producto tenga valor. Estas cuestiones, junto a una buena negociación del presupuesto de la PAC, son los deberes que le ponemos al nuevo Gobierno.

 

Joaquín Antonio Pino, Ávila 18 de julio de 2018.