Por José Antonio Turrado. Secretario General de ASAJA de Castilla y León
La portada de este periódico del pasado miércoles se abría con el siguiente titular: “la Junta garantiza las ayudas de la PAC a los agricultores que no puedan sembrar por las lluvias”. Pues bien, la Junta no garantiza nada que no esté reconocido en los reglamentos europeos, en los reales decretos nacionales, y en las órdenes de convocatoria que cada año firma la señora consejera, por lo tanto, nada excepcional que no supiéramos.
Bajo el titular, dos subtítulos: “la consejera anuncia que podrán pedir las subvenciones hasta el día 11” y “en los tres últimos meses ha caído el doble que en 30 años”. Declaraciones textuales, porque yo estuve allí y puedo decir que así lo contó, pero el plazo no acaba el 11, sino el 15, según orden de convocatoria, y la lluvia caída no será el doble que la de 30 años, será el doble de la media de los últimos 30 años.
La consejera Milagros Marcos llegó a Hospital de Órbigo y lo primero que hizo fue dar la rueda de prensa, una vez finalizada su jefa de gabinete de prensa despachó a los periodistas a modo de guardia pretoriana, por lo que no entraron a la reunión ni esperaron a ver qué había pasado en su interior, y la única versión que comenzaron a escupir los despachos de agencia y emisoras de radio fue, salvo quizás una excepción, la versión oficial.
Hoy, tres días después de esa visita que mereció elogios incluso en editoriales, el sector agrario está igual de desanimado, igual de desilusionado, desatendido en sus peticiones, y bastante más confundido. Los políticos son, salvo alguna excepción, unos tramposos, y en campaña electoral, como es el caso, doblemente tramposos. Los medios de comunicación son su altavoz para anunciar las medidas políticas, y estos medios, que saben que no son trigo limpio, deberían de poner equilibrio a la información dando cabida a las voces críticas de colectivos afectados.
Eso, lo del equilibrio informativo, no ocurrió el pasado martes, y lo digo con todo el cariño y respeto con la única intención de que se repita las menos veces posibles, para ser, de verdad, plurales y veraces.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 3 de junio de 2016.