El presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila, Joaquín Antonio Pino, ha demandado hoy “voluntad política” para acabar con el problema del lobo en la provincia y ha criticado que los ataques al ganado sean cada vez más frecuentes mientras que las ayudas comprometidas por la Junta de Castilla y León no llegan a las explotaciones.

El presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila, Joaquín Antonio Pino, ha demandado hoy “voluntad política” para acabar con el problema del lobo en la provincia y ha criticado que los ataques al ganado sean cada vez más frecuentes mientras que las ayudas comprometidas por la Junta de Castilla y León no llegan a las explotaciones. Como ejemplo, ha citado el caso de la Dehesa del Arropino, situada en tornadizos, a diez kilómetros de la capital abulense, que en lo que va de año ha perdido el 15% de su ganadería por ataques de lobo.

Pino lamentó el “abandono” que sufren los ganaderos por parte de las administraciones, que solo se acuerdan del sector en periodos electorales pero que incumplen sistemáticamente sus promesas de apoyar al campo y a los agricultores y ganaderos. “Para qué queremos a nuestros diputados nacionales, a nuestros senadores y a un eurodiputado, si no defienden los intereses de los ganaderos abulenses y tienen abandonado el campo”, insistió.

“El lobo se extiende al sur del Duero, se multiplican los ataques y los ganaderos aguantan las pérdidas que se ocasiona a la cabaña ganadera”, lo que conlleva “un daño no solo económico, ya que la Junta no paga los daños patrimoniales que debe abonar al ganadero, sino también un daño moral porque los ganaderos asisten impotentes a la inacción de la Administración”.

Por todo ello, el presidente provincial de ASAJA ha instado a la Junta de Castilla y León a que tome medidas de inmediato, realizando un control poblacional del lobo en la provincia de Ávila y que se adopten medidas de protección al ganadero, que pasan por la prevención de los ataques al ganado, la agilización de los trámites burocráticos para solicitar las indemnizaciones y para el pronto pago de las compensaciones prometidas a los ganaderos afectados.

Por su parte, Martín Martín, propietario de la Dehesa del Arropino, ha lamentado que sufre ataques constantes desde el año 2011 y calcula que en los alrededores de Ávila se pueden haber producido más de un centenar de ataques de lobo al ganado este año. En su explotación, en 2015, los lobos han matado 15 reses –una novilla y 14 terneras-. “Los ganaderos estamos a punto de tirar la toalla”, ha advertido Martín, quien considera que “el lobo debe estar controlado en reservas o parques naturales, porque se multiplican los ataques y al ganadero no le salen las cuentas”.

Las indemnizaciones por muerte por ataque de fauna salvaje oscilan entre los 1.000 euros por semental, 500 euros por vaca y unos 300 euros por ternero, cifras que no alcanzan ni de lejos su valor en el mercado. “Pero este año no se ha cobrado ni un euro, desde que la Junta de Castilla y León debe asumir el pago de la responsabilidad patrimonial”.