ASAJA advierte de la especial virulencia de la roya amarilla y la septoria, hongos que se han extendido a los cultivos de secano, especialmente al trigo
(Trigo sano -izda- y trigo con roya y septoria)
Los agricultores de Castilla y León temen por el fruto de la cosecha de cereal. A la falta de lluvias de la primavera hay que sumar ahora la proliferación hongos, principalmente de la roya amarilla y la septoria, que hasta ahora atacaban al regadío y que esta campaña han avanzado imparables por los trigos de secano de la región. Según ha detectado ASAJA, este problema fúngico afecta a más del 50% de los trigos de Castilla y León, haciendo estragos en las variedades que precisamente están más implantadas entre los agricultores, y que hasta ahora habían funcionado correctamente.
Lo insólito de que la roya amarilla y septoria ataquen al secano explica que muchos agricultores hayan reaccionado tarde ante el avance de este hongo, que en cuestión de pocos días puede tornar una parcela de trigo verde en otra bien distinta, amarilla y completamente seca. Antes de Semana Santa, ya comenzaron a tratarse algunas parcelas que se veían afectadas, que han tenido tiempo de remontar su crecimiento; sin embargo, la mayoría están siendo o van a ser tratadas estos días, cuando estamos en el tramo final del ciclo vegetativo del trigo, y ya no está garantizada su recuperación. Tal como apunta ASAJA, a las previsibles pérdidas productivas hay que sumar los gastos de tratamientos fungicidas, que pueden representar hasta 60 euros por hectárea, según los productos empleados.
Ante el problema, ASAJA ha pedido al Instituto Tecnológico Agrario, como organismo responsable del seguimiento de plagas, que convoque con urgencia una reunión para concretar con el sector la magnitud del daño y las posibles medidas a adoptar. ASAJA recuerda las competencias que en la materia tiene la administración, que cuenta con departamento de plagas en cada servicio territorial provincial, a la hora de detectar este tipo de problemas, “a pesar de que en esta ocasión han sido los agricultores los que han alertado a la administración sobre el avance de los hongos, y no al revés”, subraya la OPA. Igualmente, hay que recordar que la Ley Agraria de Castilla y León, recientemente aprobada, dedica un apartado específico al seguimiento de los problemas de sanidad vegetal, “dado que es fundamental que sean las instituciones públicas las que orienten sobre cuáles son los tratamientos más eficaces y menos costosos que deben utilizar los agricultores, puesto que las firmas comerciales no son neutrales”, indica ASAJA.
Por último, la organización profesional agraria apunta que es importante delimitar también el tratamiento posterior de los restos de cosecha, dado que la quema de rastrojos está prohibida y existe el riesgo de que los hongos permanezca en las fincas y el problema se convierta en endémico para próximas campañas.