Joaquín Antonio Pino, presidente provincial de Jóvenes Agricultores -ASAJA- de Ávila
Queremos ver el vaso medio lleno pero, de momento, lo vemos medio vacío. Las negociaciones de la Política Agrícola Común (PAC) 2015-2020 han sellado un acuerdo que es un “mal menor” para el sector. Por un lado, el campo mantiene los recursos para compensar lo que no remuneran los mercados, pero el acuerdo no determina, por ejemplo, qué es un agricultor activo ni aborda en profundidad el equilibrio de la cadena alimentaria o los mecanismos de mercado. Además, suprime las cuotas lecheras, dejando al sector en un futuro incierto, y sólo mantiene las cuotas de la remolacha hasta el 2017.
Positivo es la flexibilización del ‘greening’ y que en la medida de convergencia interior se limite a un 30 por ciento la reducción máxima que puede sufrir un agricultor en sus ayudas, así como que se limite la superficie elegible en el territorio nacional a 22,4 millones de hectáreas. Sin olvidar que el sector primario contará con apoyos económicos similares al de la anterior PAC.
La PAC 2015-2020 establece un pago base en función de los derechos del año 2011 y para el que no se condicionará el tipo de cultivo, así como pagos adicionales, para quien cumpla ciertos requisitos, así como otros de carácter acoplado.
A priori la negociación -que recordemos partía de una posición muy difícil para España- no es negativa, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Véase la aplicación de la reforma en nuestro país o la situación del sector de vacuno de leche, tras la negativa de los Estados miembros a reintroducir las cuotas de leche y la indiferencia hacia las diferentes producciones ganaderas. Y es que, lamentablemente, los ganaderos han sido los grandes olvidados de esta reforma.
Todavía queda mucho trabajo por hacer. El Ministerio de Agricultura y la Junta de Castilla y León deben profundizar en qué es un agricultor activo, el que cotiza a la Seguridad Social como agricultor o ganadero. Y el que debe recibir las ayudas de la PAC. En ASAJA estaremos expectantes y sumamente pendientes de que se logren nuestros intereses, en un momento en el que las organizaciones agrarias deben ser escuchadas más que nunca.
* Joaquín Antonio Pino es presidente de ASAJA de Ávila
Asociación Agraria – Jóvenes Agricultores
