Donaciano Dujo. Presidente de ASAJA de Castilla y León
Antiguamente se oía mucho aquello de “la calle para correr y los cantos para tropezar”. Un dicho que resume muy bien la actitud de las administraciones con nuestro sector, el agrario y ganadero, cuando vienen mal dadas. En el campo de Castilla y León este 2017 las cosas han venido no solo mal, sino cruelmente mal dadas. Y por si alguno no se lo creía, ahí tiene la prueba: miles de agricultores y ganaderos en las calles de Valladolid. Ponerse de acuerdo para salir a la calle no es fácil. Primero las propias organizaciones, porque cuando hay que arrimar el hombro siempre hay alguno que prefiere echarse a un lado, como esos que se quedan cómodamente mirando a los que cavan la zanja y encima se permiten dar consejos. Luego, hay que animar a nuestros socios, a los agricultores y ganaderos. Como cualquier otro, tienen trabajo, responsabilidades. Hay que perder un día y trasladarse muchos kilómetros. Es un esfuerzo. También dudan sobre si los gobernantes nos escucharán o si harán oídos sordos. Quiero decir que cuando se logra congregar a miles de profesionales es porque el problema es muy real, por mucho que las administraciones dediquen todos sus esfuerzos a lanzar promesas que son humo.
Apunten, políticos: si el campo toma la calle es por algo. Si hace dos años la ‘Marcha Blanca’ recorrió la meseta hasta Madrid era porque los ganaderos de leche estaban con la soga al cuello –y ahí siguen, sobreviviendo con muchas dificultades y con unos precios injustamente bajos–. Si el pasado 30 de agosto miles de profesionales atravesaron Valladolid, es porque 2017 es el peor año de la agricultura reciente, en el que se acumulan pérdidas catastróficas en prácticamente todos los sectores agrícolas y ganaderos de la región.
Antes de la sequía, de las heladas, del granizo -¿algún problema ha faltado esta campaña?- el sector partía ya de una situación económica muy precaria. La cosecha de 2016, aunque buena en producción, fue muy mala en precios. Y lo mismo si nos referimos al sector ganadero, que acumula años consecutivos de crisis.
Para el agricultor y ganadero, no hay mayor orgullo que obtener una buena producción, y lograr además un precio digno por ella. La mayor parte de los ingresos de la explotación profesional proceden de vender lo que en ella se obtiene. En segundo lugar, aunque no para todas las producciones, estaría la PAC, que es el tema que llena páginas y páginas, como si fuera el maná. Pero no nos olvidemos que en el conjunto de Castilla y León cobramos hoy básicamente la misma PAC que en 1992, otro año catastrófico, aunque el dinero en 1992 daba mucho más de sí. La PAC, que tanto nos echan en cara a los agricultores, le viene bien a mucha más gente, incluidos a intermediarios y especuladores que nos compran barato y luego venden caro. Pero también sirve a nuestros gobernantes, que cada dos por tres anuncian que se va a pagar la PAC, como si soltaran ellos mismos los billetes de su cartera.
Porque eso es lo que nos han venido ofreciendo para paliar los 1.500 millones de pérdidas, reconocidas por la propia Junta, que tendrá que soportar el campo de Castilla y León: que vamos a cobrar las ayudas PAC, como el año anterior, como todos los años. Y unos préstamos, que no llegan a todos, de los que la administración apenas pondrá 200 euros por explotación y año. Qué baratos salimos. Deben pensar que el campo aguanta lo que le echen, porque claro, nosotros no somos una gran empresa, que pueda amenazar con coger los bártulos y marcharse a otra parte.
Nosotros no podemos “deslocalizarnos”, si acaso echar el candado y cerrar la explotación. Tras un verano en blanco, en el que no habrá ingresos por venta de producción, porque no la habido, en septiembre comienza la ‘cuesta de enero’ para el sector agrícola y ganadero. Tenemos que afrontar la nueva sementera y seguir alimentado y cuidando al ganado.
Desde ASAJA acompañaremos a nuestros socios en sus preocupaciones y necesidades. Si alguien se cree que saliendo a la calle nuestra lucha ha terminado, está muy equivocado. Aunque sabemos de la soberbia de los políticos, confiamos en que ver a tantos agricultores y ganaderos en la calle les haya hecho razonar y sean más receptivos a nuestras reivindicaciones. La interlocución con el sector no se garantiza vendiendo fotos de reuniones y promesas vacías. La interlocución sincera pasa por llegar a acuerdos con el sector, dando soluciones reales a los problemas.
Por último, quiero dar las gracias a todos los agricultores y ganaderos de esta gran y olvidada Comunidad Autónoma, Castilla y León, que el día 30 secundaron la convocatoria de manifestación. Y por supuesto gracias también a las personas del medio rural y con raíces rurales que nos apoyaron y acompañaron para pedir a las adormecidas administraciones respuestas reales, efectivas y ágiles, en un año excepcional y crítico.