ASAJA pide a las empresas de semillas agrupadas en la patronal Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), que sean sensibles con los problemas de la sequía que afectan al campo de Castilla y León y renuncien para esta campaña al cobro del royalty a los agricultores que reutilizan la semilla proveniente de su propia cosecha. ASAJA considera que esto sería un gesto de complicidad por parte de unas empresas cuyo negocio está ligado a la actividad agraria, por lo que debe de primar la confianza y el buen entendimiento entre las partes.
ASAJA considera que el sector agrario, que ha tenido dos cosechas malas entre las tres últimas, no pueda afrontar una nueva campaña sin una serie de apoyos que han de llegar de fuera del sector. A los que ASAJA está reclamando de las administraciones públicas, bien podría añadirse lo que puedan ofrecer las empresas que como clientes o proveedores viven de los agricultores, entre ellas las que producen y comercializan las semillas.
Ante la falta de liquidez en la mayoría de las explotaciones, es previsible que los agricultores productores de cereal y otros cultivos herbáceos hagan las siembras del próximo otoño reutilizando sus propias semillas en vez de optar por semilla de origen certificada. En el reempleo de las semillas, la patronal del sector, ANOVE, a través de su empresa de servicios Geslive, está persiguiendo a los agricultores para obligarles a pagar un royalty por cada kilo de semilla reutilizada, que justifican en una compensación para afrontar la inversión en el proceso de investigación y puesta en el mercado de nuevas variedades.
ASAJA está rotundamente en contra de la obligación de los agricultores de pagar un royalty por la reutilización de su propia semilla, pero por ahora los reglamentos europeos y la normativa nacional está del lado de los semillistas.
ASAJA recuerda las características de la agricultura de Castilla y León, mayoritariamente de secano, que no puede soportar un elevado coste ni en la compra de semillas ni de otros insumos. Por otra parte, las variedades de semillas están pensadas para una agricultura del centro de Europa, con alta pluviometría, que permite producciones que multiplican por dos o por tres las que se obtienen en esta región. Nadie compensa tampoco a los agricultores por los perjuicios de las variedades de semilla que una vez puestas en el mercado, tras los correspondientes ensayos, no responden a sus expectativas, no responden a lo que ofertaba la empresa obtenedora.