Contra lo habitual en estas fechas, las excepcionales lluvias que acompañan la primavera de Castilla y León hacen que este año el sector agrario reclame a su patrón, San Isidro, que por una vez anime al sol a salir para que los profesionales puedan trabajar.
Contra lo habitual en estas fechas, las excepcionales lluvias que acompañan la primavera de Castilla y León hacen que este año el sector agrario reclame a su patrón, San Isidro, que por una vez anime al sol a salir para que los profesionales puedan trabajar. En concreto, son las tierras de regadío, sobre todo de la provincia de León, las que se están llevando la peor parte de este continuado periodo de precipitaciones, que ha impedido que se desarrollaran las siembras de primavera a tiempo, como remolacha, maíz, girasol o patata.
Por estas poco habituales razones, en las rogativas que mañana se hagan en las distintas procesiones que se dedican a San Isidro en los pueblos de la Comunidad Autónoma, no será más lluvia lo que se pida, sino anticiclón. Los secanos de cereal de invierno, que suponen aproximadamente dos millones de hectáreas, en términos generales están bien presentados. Sin embargo, en la agricultura de regadío, con las fincas anegadas, y siembras pendientes en unas 100.000 hectáreas, el sector teme pérdidas millonarias que van a comprometer la viabilidad de muchas explotaciones. Las fincas que se puedan sembrar más adelante, verán reducidos sus rendimientos de forma drástica, y el cultivo de la remolacha, en el mejor de los escenarios, quedará diezmado. Por este motivo, desde ASAJA se ha pedido una flexibilización de las condiciones que exigen para el ‘pago verde’, así como de los compromisos para los agricultores acogidos a ayudas agroambientales de la remolacha y a ayudas de modernización de explotaciones y de primera instalación de jóvenes agricultores.
En este día del patrón de los campos, ASAJA recuerda también la dura situación que atraviesa el sector ganadero, y en especial el vacuno de leche, todavía sin un horizonte claro que anuncie el fin de este largo periodo de pérdidas y penurias. Por último, la OPA pide a San Isidro, “algo que parece aún más difícil que parara de llover, y es que Bruselas de una vez diseñe una campaña PAC eficaz y coherente, simplificando de verdad la burocracia, porque después de veinticinco años parece que no han aprendido nada y de nuevo esta campaña se acumulan problemas y atrasos por culpa de la gestión de la administración”.