Los agricultores han de afrontar ya los gastos de la nueva sementera, en un contexto de precios pésimos en cereal, maíz, girasol y patata
Los bajos precios tanto en cereal como en producciones clave para el campo de Castilla y León, como son la patata, el girasol y el maíz, son hoy el principal problema de los agricultores, justo cuando han de afrontar una nueva sementera. Por este motivo, la organización agraria ASAJA de Castilla y León pide a la Consejería de Agricultura y Ganadería que solicite con urgencia a Bruselas los fondos presupuestarios para abonar el anticipo de las ayudas de la Política Agraria Común, proporcionando cierta liquidez económica en un momento muy complicado para los profesionales del campo.
Castilla y León recibe un montante total anual aproximado de 775 millones de euros en concepto pagos directos de la PAC, por lo que el anticipo (el 50 por ciento de la cuantía) supondría unos 388 millones de euros, que se reparten entre cerca de 88.687 perceptores. Tal como autoriza el reglamento europeo, el anticipo de la PAC puede ser abonado a los agricultores a partir de mediados de octubre.
Tras la mediocre y directamente mala cosecha de cereal, las caídas de precios agrarios han puesto la puntilla a los agricultores. En un año reciente como 2012, con una cosecha muy similar a la de este año, el trigo se pagaba a mediados de septiembre a 24,50 céntimos y la cebada a 25,54; en las mismas fechas de este 2014, se está pagando 16,91 céntimos por el kilo de trigo y 15,86 por el de cebada. Otro caso similar es el del maíz, que se pagaba en 2012 a 30,86 y en este 2014 se está ofreciendo a 16,47 céntimos. O el del girasol, cuya tonelada se pagaba en 2012 a 536 euros, que ya bajó a 311 en 2013 y que, atendiendo a lo que está ocurriendo en Andalucía, podría pagarse a una cifra inferior a 300 euros tonelada este año.
La patata también está pasando un año dramático. Si a finales de agosto de 2013 se pagaba el kilo de jaerla a 24 céntimos y el de monalisa a 30, en agosto de 2014 se están ofreciendo unos 4 céntimos por la jaerla y 10 por la monalisa. El caso de la patata es especialmente bochornoso, porque el precio final que se marca para el consumidor sigue prácticamente inamovible. “Una vez más –denuncia el presidente de ASAJA de Castilla y León, Donaciano Dujo– los intermediarios y grandes grupos de distribución aprovechan para especular y llenarse la bolsa, a costa del agricultor y del consumidor.
El anticipo de las ayudas PAC “no soluciona los problemas de precio, pero hoy por hoy, puede proporcionar un pequeño balón de oxígeno para afrontar los numerosos gastos de input que acarrea la nueva campaña de siembras”, subraya la organización agraria.