Ofrece una cobertura total al agricultor y el plazo para suscribirlo termina el 20 de diciembre
La Junta de Castilla y León ha declarado oficialmente la existencia de una plaga del topillo campesino en el territorio de la región que, de momento, afecta a distintas comarcas en las provincias de Burgos, León, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora.
A pesar de que la plaga aún no ha llegado a Ávila, ASAJA recomienda suscribir ahora el seguro de cultivos herbáceos extensivos, cuyo plazo finaliza el próximo 20 de diciembre, puesto que es la única forma de proteger el trabajo del agricultor frente a una posible plaga, que no puede asegurarse con el módulo del seguro que se contrata en primavera.
La Junta de Castilla y León ya ha informado de las medidas fitosanitarias autorizadas para frenar la expansión de la plaga, y así evitar los errores que se cometieron en el verano del 2007 cuando, según las estimaciones, 700 millones de topillos arrasaron un total de 500.000 hectáreas de cultivos, provocando pérdidas por valor de unos 15 millones de euros.
La mera aparición de topillos no supone ningún problema grave, salvo que se superen ciertas cantidades, en concreto, los 100 millones. El coste económico y político de una plaga de topillos es de sobra conocido. Si finalmente la plaga se produce todas las medidas dictadas por la administración serán insuficientes y el agricultor podría perder toda su producción.
La única manera que tiene el agricultor de asegurar su trabajo es contratar ahora el seguro agrario, que es “el seguro de los seguros”, puesto que cubre, además de las plagas, otras situaciones que son muy probables como la sequía, el incendio, el pedrisco y otras condiciones climatológicas adversas. Además, esta modalidad de seguro cuenta con una subvención mayor, por eso su precio final es en proporción menor y su cobertura es total.
Por todo ello, ASAJA insiste en la necesidad de suscribir el seguro agrario, que es, sin duda, la inversión más importante e inteligente que puede hacer un agricultor profesional. Las condiciones adversas están ahí, a la vuelta de la esquina; las herramientas para protegerse también; y el plazo termina el 20 de diciembre.