El presidente provincial, Joaquín A. Pino, encabezó la delegación de Ávila en la manifestación del 5 de enero, en la que los empleados de ASAJA llevaron su tradicional carbón al Ministerio de Hacienda y su titular, Cristóbal Montoro

Cerca de 400 agricultores de las provincias de Castilla y León han participado hoy en la manifestación convocada en Valladolid por ASAJA contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, por su determinación de gravar con un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas. El recorrido del séquito de Sus Majestades los Reyes Magos de ASAJA, acompañado por agricultores y ganaderos abulenses y de toda la comunidad autónoma, ha comenzado a las 12 horas en la Plaza de Colón de la capital pucelana, para seguir por la Acera de Recoletos, Plaza de Zorrilla, María de Molina, Doctrinos, puente de Isabel la Católica, José Luis Arrese, plaza del Milenio y, finalmente, Francesco Scrimieri, donde está situada la sede de la Delegación del Gobierno.

Al frente, los responsables de la organización en la región y representantes de las nueve provincias, entre ellos Joaquín Antonio Pino, presidente de ASAJA de Ávila, mostraban una pancarta con el mensaje: “No + impuestos para los alimentos”. Una vez frente a la Delegación del Gobierno, se ha arrojado un cargamento de carbón y otro de remolachas venidas del Páramo leonés. Dentro de la sede, el séquito real ha hecho entrega al subdelegado del Gobierno, Luis Antonio Gómez Iglesias, de una cesta de navidad repleta de carbón autóctono, acompañada por una carta dirigida al Sr. Ministro con las reclamaciones de la organización profesional agraria.

ASAJA teme las consecuencias para el sector agrario de penalizar con un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas, con el consiguiente perjuicio para el sector agrícola remolachero, cultivo fundamental en el norte de la provincia de Ávila y en toda Castilla y León.

Joaquín A. Pino, al igual que el resto de dirigentes regionales de ASAJA, no entiende el afán recaudatorio que tiene este Gobierno, refiriéndose a este impuesto especial, ya que “no es creíble la coartada de que lo hacen para proteger nuestra salud».

Los remolacheros abulenses que se desplazaron hasta Valladolid para apoyar la protesta de ASAJA, antes definían este cultivo como «seguro», y ahora consideran que este impuesto está creando una gran incertidumbre sobre la variación de precios que puede sufrir la remolacha y sobre cómo les afectará a ellos, sus cultivadores. «La situación cada vez es peor para nosotros, cada vez tenemos más gastos e impedimentos, y los ingresos en proporción son menores». Si la situación sigue así, «cada vez seremos menos» declaraba un agricultor remolachero, cuando el presidente regional, Donaciano Dujo, decía que de los 6.000 remolacheros nacionales, 4.000 son castellanos y leoneses.

“Tras un 2016 con un gobierno en funciones y que no ha movido un dedo para apoyar a sectores con graves problemas de rentabilidad, como los ganaderos o los cereales, llega Montoro y arremete contra uno de los pocos sectores que tiene un marco estable hasta 2020, el de la remolacha”, ha criticado Donaciano Dujo. ASAJA pide, pues, que “se dé marcha atrás en esta medida, y que en adelante nuestro gobierno no grave con impuestos y tasas a los alimentos, porque son esenciales y básicos para la población, no productos de lujo”.

La importancia de la remolacha en Ávila
En Ávila el cultivo de la remolacha ha sido, al menos hasta ahora, uno de los más extendidos, especialmente en la zona norte de la provincia. En la campaña del año que acabamos de cerrar se recogió una producción de 153.045 toneladas, que fueron sembradas en 1611 hectáreas.

A pesar de la importancia del cultivo, este año pasado ya ha sufrido una reducción de las toneladas recogidas de casi el 15%, respecto a la producción de 2015 que fue de 179.876 toneladas.
Además, ya en 2016 se han reducido las hectáreas sembradas en nuestra provincia de este cultivo, a pesar de que el cultivo de la remolacha está asegurado con fondos europeos hasta el año 2020. en 2016 se han sembrado 280 hectáreas menos que en 2015, cuando se cultivaron 1891 hectáreas en Ávila.