Los lobos han vuelto a atacar una explotación ganadera de la provincia de Ávila. La lobada se ha producido en la madrugada del miércoles en la explotación de vacuno en extensivo ‘Renta del Tobar’, en Peguerinos, donde los cánidos han matado un ternero de apenas 10 días. Los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León han certificado que se trata de un ataque de lobo.

Los lobos han vuelto a atacar una explotación ganadera de la provincia de Ávila. La lobada se ha producido en la madrugada del miércoles en la explotación de vacuno en extensivo ‘Renta del Tobar’, en Peguerinos, donde los cánidos han matado un ternero de apenas 10 días. Los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León han certificado que se trata de un ataque de lobo.

 

            El ternero presenta mordeduras y desgarros en las nalgas, la única parte que han devorado los lobos. Los ganaderos echaron en falta al ternero, al que habían dejado con su madre para que lo amamantara la tarde anterior. El vuelo en círculo de los buitres en una zona de la finca les indicó el lugar donde se encontraba el animal, ya muerto.

 

            Este es el primer ataque de lobo que sufre esta ganadería en 2017, una explotación que ha sufrido en años anteriores varios ataques. En 2016, dieron parte de  otros cinco ataques de lobo al ganado.

 

La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila mantiene su petición a la Junta de Castilla y León de efectuar controles poblacionales en la provincia abulense ante el incremento de ataques al ganado por parte de los lobos, y también demanda la actualización de los baremos de las indemnizaciones que cobran los ganaderos por los daños ocasionados por la fauna salvaje.

 

ASAJA recomienda a los ganaderos que deben dar parte de estos ataques a los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León de forma inmediata, antes de que transcurran 48 horas, incluyendo fines de semana y festivos. La Junta de Castilla y León aconseja que los animales no se trasladen del lugar donde fueron encontrados y que se tapen con plásticos para evitar la acción de otros depredadores o carroñeros, a la espera de la llegada de los agentes que puedan certificar el ataque de lobo.