Atravesando la cuarta semana de confinamiento por el COVID-19, el sector agroganadero es uno de los que sigue trabajando, dado su carácter esencial y su función de abastecer a la población con alimentos. Pero, como advierte ASAJA, esa continuidad en las tareas no significa que no esté experimentando problemas, derivados no tanto de la producción como del freno de la demanda de productos cuyos canales de venta se han resentido con la pandemia.
Las primeras señales de alarma se han encendido en las producciones ganaderas, las que ahora tratan desesperadamente de encontrar mercado, especialmente los lechazos, cabritos y cochinillos, pero también los cortes de vacuno de mayor calidad; no es solo que los precios hayan caído, es que encuentran dificultades para encontrar comprador, lo que genera inasumibles problemas de mantenimiento para las explotaciones. “Los profesionales están haciendo su trabajo, pero el mercado no está respondiendo. En estos momentos el sector está en manos de lo que puedan hacer las administraciones, porque el riesgo de colapso es grande”, apunta Donaciano Dujo, presidente de ASAJA.
Mientras los ganaderos sufren los primeros envites de la crisis, en el campo se sigue trabajando con relativa normalidad. En ganadería, atendiendo a los animales; en agricultura, en un momento de trabajo creciente, con el cereal de invierno avanza en general correctamente, gracias a las lluvias de los últimos días y unas temperaturas moderadas, favorables para garantizar futuros riegos y también los pastos. Y en estas semanas se han sumado las siembras de cultivos de primavera, como remolacha, maíz o patatas.
Por las particularidades del sector de Castilla y León, aún no se han notado repercusiones por la falta de mano de obra. Puede ocurrir en pocos días, cuando habitualmente se inicia el esquileo del ovino, una tarea importante para el bienestar y sanidad de las cabañas, que en los últimos años realizaban cuadrillas de trabajadores que venían de otros países. En este punto, el sector ha pedido a las autoridades que se facilite la entrada de personal extranjero especializado en las labores del esquileo. La mano de obra también es importante en otras tareas, sobre todo la recolección de patata, frutas, hortalizas… y viñedo, un sector clave para la Comunidad Autónoma y, aunque falten algunos meses, hay que prever medidas para que no se ralentice la cosecha.
Como apunta Donaciano Dujo, “es pronto para saber las repercusiones en sectores agrícolas. El momento crítico se plantea cuando hay que vender la producción. Lo que suceda en estos meses será clave para lograr que los mercados se fortalezcan, los ganaderos puedan encontrar salida para sus producciones, y que la crisis no golpee a más sectores”.