Pedro Barato: “Si la agricultura no puede ser moneda de cambio en los acuerdos comerciales con terceros países, menos aún podemos ser rehenes en las guerras comerciales entre potencias mundiales”
Si la Comisión Europea no consigue evitarlo, a partir del próximo 18 de octubre la Administración Trump podría aplicar aranceles de hasta un 25% a determinados productos agroalimentarios de los países que forman parte del consorcio Airbus (España, Francia, Alemania y Reino Unido), por un montante que podría llegar a los 7.500 millones de dólares. España, junto con Francia será el país más afectado por este gravamen porque entre las producciones penalizadas se encuentran el aceite de oliva, el vino, las frutas y hortalizas, los quesos y la aceituna de mesa, todos ellos productos netamente mediterráneos.
El anuncio por parte de los EE.UU. de nuevos aranceles de un 25% a determinados productos agrarios procedentes de los países socios del consorcio Airbus, entre los que se encuentra España, y el posterior visto bueno de la OMC a esta decisión, ha causado gran preocupación en el sector productor y exportador español que tiene en el mercado estadounidense una importante fuente de clientes y negocio.
Esta noticia supone un nuevo jarro de agua fría para productores y exportadores agroalimentarios, algunos de los cuales ya están sufriendo la imposición de aranceles unilaterales, en concreto a la aceituna negra, que ha supuesto un recorte muy significativo de las exportaciones españolas de aceituna al mercado estadounidense. Además de estos aranceles específicos para los países del consorcio Airbus hay que añadir los que se aplicarán a los 28 países miembros de la UE y que afectan a ciertos productos derivados del cerdo, frutas y hortalizas, cítricos, lácteos y mariscos, entre otros.
España exporta anualmente a EE.UU. productos agroalimentarios por un valor cercano a los 2.000 millones de euros, de los cuales frutas y hortalizas, aceite de oliva, vino y licores, quesos y derivados cárnicos son casi un 75% del total de las exportaciones agroalimentarias. Un arancel que supone una cuarta parte del valor de la producción nos da una idea bastante aproximada de las consecuencias que puede tener en las ventas en el país norteamericano.
Por todo ello, ASAJA reclama a nuestro Gobierno, a pesar de estar en funciones, que multiplique sus gestiones y refuerce la presión ante las instituciones comunitarias, especialmente ante la comisaria de Comercio, Cecilia Maalstrom, el actual comisario de Agricultura y futuro comisario de Comercio Phil Hogan, y el todavía presidente de la Comisión Juncker, así como a la presidenta electa Ursula Von der Leyen, para encontrar una solución satisfactoria a los intereses exportadores de nuestros productores, cooperativas e industrias agroalimentarias. Hay que recordar que nuestro sector agroexportador es uno de los principales contribuyentes a la recuperación económica del país y que genera gran cantidad de puestos de trabajo y está formado por pequeñas y medianas empresas instaladas en el medio rural.
La UE tiene presentado un recurso similar al planteado por EEUU, ante la OMC por las subvenciones otorgadas por el gobierno norteamericano a la compañía aérea Boeing. Podría darse el caso que la OMC autorizara medidas arancelarias a la entrada de productos americanos en Europa. De hecho la UE ya presentó el pasado mes de abril la lista de productos potencialmente afectados. En ningún caso sería bueno entrar en esta espiral de medidas de retorsión que solo perjudican a productores, usuarios y consumidores.