El cuidado permanente de las típicas zonas cero sería la forma más indicada de frenar la plaga en su origen.
El presidente de ASAJA Castilla y León, Donaciano Dujo, ha analizado hoy la situación en que se encuentra la plaga de topillos cuyo origen ha vuelto a ser nuevamente la zona cercana a la Laguna de la Nava y la zona ZEPA próxima a Frómista, ambas en la provincia de Palencia. En la comparecencia ante los medios de comunicación se ha visto acompañado del presidente de ASAJA Palencia, Honorato Meneses, y del gerente, Álvaro de la Hera.
El dirigente agrario cifró las “pérdidas del sector en 30 millones de euros, de los que 18 corresponden a la provincia de Palencia, la más afectada hasta ahora por la plaga”. Indicó a su vez que “la extensión de la plaga ronda las 1.610.000 hectáreas”, lo que significa un 17% del total de la superficie regional. Los daños de los roedores avanzan desde el centro de Castilla y León hacia el norte, pudiendo deberse a la fuerte sequía sufrida en la zona sur.
En su exposición, Donaciano Dujo recordó que “desde ASAJA se había comunicado a la Junta de Castilla y León la existencia de una población muy preocupante de topillos ya en el mes de diciembre”. Posteriormente, en marzo, “se avisó nuevamente al Observatorio de Plagas dadas las continuas quejas que trasladaban los asociados” en las oficinas de la organización agraria. Así mismo, se realizaron comunicaciones al resto de Administraciones implicadas, las cuales negaron el problema y tacharon a la organización agraria de alarmista y de afán de protagonismo.
“Las consecuencias que está teniendo la plaga superan los daños agrarios ya que también se ve afectada la caza, la pesca y el turismo, dada la mala imagen que se está proyectando de nuestra región”, expuso.
Donaciano Dujo denunció la inacción de las Administraciones en la anterior legislatura y reiteró que las medidas que se están realizando son insuficientes ya que la extensión de la plaga es muy superior al trabajo que pueden realizar las motoniveladoras en caminos y cunetas. Además, expuso que “las cajas nido no son la solución ya que en absoluto son capaces de frenar la plaga”. Para ASAJA, “la única solución que parece efectiva es la limpieza de todos los reservorios gestionados por las diferentes Administraciones, algo que debería haberse realizado antes y de forma mantenida en el tiempo en las zonas donde se origina la plaga de forma recurrente”.
El presidente de ASAJA solicitó que se articularan ayudas para indemnizar a los enfermos de tularemia, así como los daños producidos en los campos de Castilla y León, y que se declare la misma como enfermedad profesional. También mostró su queja porque a las organizaciones agrarias no se les permita participar de las reuniones de la Comisión de Roedores y que los resultados de dichas reuniones no sean difundidos.