INTERPORC, la interprofesional del porcino español, recuerda al sector la importancia de no bajar la guardia para que no avance la Peste Porcina Africana, presente en países del centro y este de Europa.
En relación con la propagación del virus de la PPA por países del centro y este de Europa, y ante el riesgo y amenaza de entrada de esta grave y devastadora enfermedad en nuestro país, es fundamental la PRECAUCIÓN:
Extremar las medidas de bioseguridad a todos los niveles de la cadena productiva
Extremar las medidas de limpieza y desinfección de los vehículos
Disminuir e incluso frenar la importación de animales vivos y carne y productos cárnicos durante los próximos meses, hasta conocer el desarrollo y evolución de la enfermedad
Realizar los controles pertinentes en origen en caso de realizar alguna importación
Tomar las medidas de precaución pertinentes con los trabajadores de países afectados
Hacer uso y divulgar los posters de bioseguridad editados por INTERPORC en granjas, industrias, centros de desinfección, transportistas, etc.
Vigilancia sanitaria de los animales con comunicación de cualquier indicio por pequeño que sea, ya que la enfermedad a veces no es muy evidente (ejemplo: incremento leve de índice de abortos)
Identificación de animales, trazabilidad y control de movimientos; especial atención a los movimientos ilegales, comunicar a los SVO cualquier indicio de ilegalidad
PRINCIPALES VÍAS DE ENTRADA:
Movimiento legal e ilegal de animales vivos (jabalíes y cerdos)
Desperdicios de productos porcinos crudos y/o curados contaminados arrojados al campo (jabalíes) o utilizados para alimentar a los cerdos (especial atención en explotaciones reducidas y de autoconsumo)
Es por tanto clave la concienciación y sensibilización de todos los agentes que intervienen en la cadena productiva del porcino
Según normativa europea, prohibición del envío de cerdos vivos, de su esperma, óvulos y embriones y de subproductos animales de origen porcino, así como el envío de determinadas carnes, preparados de carne y productos cárnicos que procedan de determinadas zonas de los Estados miembro afectados.
En el caso de las relaciones comerciales con terceros países, el problema es mayor porque pueden decidir cerrar por completo las fronteras al país afectado, sin aceptar la regionalización de la zona. Por consiguiente, las exportaciones, fundamentalmente a terceros países, se verían muy afectadas.