La OPA señala que “hoy por hoy, sin una caza controlada, es una quimera pensar que lobo y ganado puedan ser compatible”.
Hoy y mañana una delegación de representantes de la Unión Europea, del Ministerio y de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León está visitando las zonas de la región más castigadas por los ataques de lobos para comprobar in situ la magnitud del problema. Esta mañana se reunían con las organizaciones agrarias –ASAJA estuvo representada por Donaciano Dujo, presidente regional, y Juan Luis Delgado y Joaquín Antonio Pino, presidentes de Salamanca y Ávila–, así como con alcaldes de municipios afectados y grupos ecologistas.
Desde ASAJA se han puesto cifras sobre la mesa: cerca de 2.000 ataques a la ganadería y 4.000 cabezas muertas cada año. Estas cifras prueban que las medidas preventivas no son eficaces, por lo que la OPA reclama el control de las manadas, que cada vez amplían más su territorio. Para ASAJA, hoy por hoy, sin una caza controlada –para lo que habría que modificar la normativa actual–, “es una quimera pensar que lobo y ganado puedan ser compatible”.
Humberto Delgado Rosa, director de Capital Natural de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, se ha manifestado receptivo a las demandas del sector, reconociendo el papel ecológico no solo el lobo, sino también de la ganadería de extensivo, puesto que contribuye a la limpieza sostenible del medio natural. El caso español, y en concreto el de Castilla y León, no es comparable al francés, con un número de lobos muy inferior al que existe en nuestra región.
Aunque Delgado Rosa ha sostenido que el lobo seguirá estando protegido en Castilla y León, lo que implica que se mantendrán medidas de compensación de daños, ha admitido que en situaciones excepcionales han de buscarse alternativas tanto en la prevención como en el control sostenible de la especie.