A los responsables de las organizaciones agrarias se nos reconocen los méritos votándonos cuando la Junta convoca un proceso electoral como el que se celebrará el domingo 11 de febrero. Un voto que no tiene otra finalidad que seguir haciendo a la organización más fuerte para continuar luchando por los intereses de todos los hombres y mujeres del campo, en este caso del campo de Ávila. La fuerza con la que ha irrumpido ASAJA de Ávila en el panorama asociativo de la provincia, desde hace un puñado de años, es digna de elogio y de tomar en consideración. Porque ASAJA ha sacado al resto de organizaciones de su letargo, de su acomodo, gracias a que se ha puesto en primera fila reivindicando y dando servicios a lo largo y ancho de la provincia. Reivindicando con la fuerza que lo puede hacer un agricultor joven, honrado y con convicciones, trabajador y con una amplia formación, como lo es el presidente de ASAJA Joaquín Antonio Pino. Dando servicios con un plantilla de empleados comprometidos, preparados para tratar de igual a igual a los mejores funcionarios de la Junta o de cualquier administración pública, y a los que le unen hasta lazos de afecto con los agricultores que tratan cada día. Pero además, ASAJA de Ávila ha hecho un esfuerzo enorme para financiar los muchos servicios que presta, imposibles de pagar con una módica cuota de afiliación, lo que ha pasado por una gestión rigurosa de los recursos que aportan los agricultores y los que puedan provenir de subvenciones legítimamente conseguidas.
Por último deciros que esto del sindicalismo agrario es muy complicado. Nos enfrentamos a todos, se nos reconocen pocos méritos, los logros nunca son los deseados, y fruto de todo ello se corre el riesgo de que llegue el desánimo a los dirigentes y a los trabajadores. Ganar ASAJA las elecciones en Ávila, algo nada fácil pero sí posible, es la mejor forma de seguir dando ánimos, que tanto se lo merecen, a nuestros empleados y directivos en la provincia.