El sector agroganadero contribuye a crear riqueza y empleo en la provincia y es hora de comenzar a reconocérselo
Con motivo de la celebración hoy miércoles, 17 de enero, de la festividad de San Antón, santo protector de los animales y patrón de los ganaderos, la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila subraya las necesidades que soportan los profesionales del campo. Por este motivo la organización solicita a las administraciones un mayor compromiso con un sector, que aporta un importante porcentaje al PIB de la provincia, vertebra el territorio y mantiene las tradiciones y el medioambiente.
El recién concluido 2017 ha sido un año nefasto para ganaderos y agricultores, que han visto como a consecuencia de la sequía sus rentas han disminuido y la Junta de Castilla y León ha vendido humo, dejando además campar a sus anchas a la Banca y no poniendo en marcha ayudas directas que demandaba y sigue demandando ASAJA.
Además es necesario la puesta en marcha medidas de control que eviten los permanentes daños causados por la fauna sobre el ganado (en especial el lobo) y la actualización de los baremos de indemnización, así como la gestión de las campañas de saneamiento, cuyos efectos, a veces desproporcionados, son uno de los principales temores de los profesionales del sector.
Por otro lado, el sector sigue envuelto en cotizaciones desiguales, en una crisis de precios que no se resuelve, sirva como ejemplo en el sector de la leche en el que se está pagando muy por debajo de la media percibida por los productores europeos, o la situación de cotizaciones de la leche de ovino y caprino.
ASAJA exige a la administración regional que empuje y ayude al sector ganadero que es soporte, asimismo, de la industria agroalimentaria, genera empleo y ocupa un territorio marginado y deprimido, a causa de los graves problemas de despoblación del territorio.
El presidente provincial de ASAJA-Ávila, Joaquín Antonio Pino, señaló que el día de San Antón es una efeméride para felicitar a un sector ganadero que sobrevive gracias a su propio empeño y no porque se les ayude, exigiendo a las Administraciones un compromiso real, presupuesto y solución a la crisis de precios para los profesionales del campo.